Me habría gustado conocer a ese señor. De él oí hablar en una amable mesa de Guadalajara. Después de largo tiempo de casado quedó viudo. Era hombre serio, tenía fortuna regular, se hallaba todavía en buena edad. Y sin embargo no daba muestras de querer tomar nuevo estado, y eso que algunas damas mostraban interés en él.
Alguien le preguntó por qué no escogía entre ellas. Y respondió el señor:
-Es que lo que apetezco no lo merezco, y lo que merezco no lo apetezco.
Me habría gustado conocer a ese señor. En sus palabras hay mucha filosofía. Está la más difícil de todas las filosofías: la del conocimiento de sí mismo.
¡Hasta mañana!..