Cuando la fronda del nogal estaba verde su fruto no se veía en las ramas. Ahora que es otoño las hojas se han pintado de amarillo, y entre ellas lucen las nueces igual que perlas negras que ornaran un manto tejido con hilazas de oro.
Todo fruto es fruto del tiempo. Pero desde el principio el árbol vive en la semilla: en ella está la fronda, con la raíz y el tronco, y el ramaje. La nuez es la promesa de un nogal, del mismo modo que el nogal es esperanza de las nueces. La vida es círculo que no tiene principio ni final. Lo que llamamos muerte es sólo un instante de esa vida que vuelve a comenzar, a empezar siempre en un inacabable círculo de eternidad.
¡Hasta mañana!..