Llegó de pronto y me dijo:
-Yo tiro al valle y a la playa.
Me quedé mudo, lo confieso. Primero, porque la que me hablaba era una cabra, y luego porque no entendí lo que me dijo. Ella misma se explicó:
-Todos dicen: "La cabra tira al monte". Pero no todas las cabras tiramos por ahí. Yo, por ejemplo, tiro a la playa, al valle, a la pradera, y aun en ciertas ocasiones al desierto.
Le pregunté:
-Y ¿qué puedo hacer por usted?
Me contestó:
-Diga que hay cabras que no tiran al monte.
Así diciendo se marchó. No sé si tiró al valle, a la playa, a la pradera o al desierto. Lo que sí sé es que no tiró al monte. Entonces aprendí que es peligroso hacer generalizaciones.
¡Hasta mañana!..