Me habría gustado conocer a Felipe Primero, rey de España. Un zapatero se presentó ante él. Le dijo que un clérigo había matado a su padre, y se quejó de que los jueces, atentos al carácter sacerdotal del asesino, le impusieron como único castigo la prohibición de oficiar misa durante un año.
Oyó la queja el soberano, comprobó la parcialidad de los juzgadores y autorizó al zapatero a hacerse justicia por su propia mano. Fue el hombre y le cortó el gañote al prebendado. Los jueces querían condenar a muerte al zapatero. El rey los hizo llamar y les ordenó: "Aplicadle la misma pena que al que mató a su padre. Prohibidle hacer zapatos durante un año".
Me habría gustado conocer a Felipe Primero, rey de España. Sabía los males que pueden caer sobre una sociedad cuando no se aplica con igualdad la ley.
¡Hasta mañana!..