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MIRAJES

Emilio Herrera

L U N E S

Los ambulantes que no ambulan y que ocupan con sus ?tiraderos? varios tramos del centro en la avenida Hidalgo siguen negándose a que se los lleven a instalarse en el interior del mercado Alianza. Y va a estar difícil que los convenzan de lo contrario. Son muchos los años que llevan donde están y cada vez que se toca el tema, recuerdan el viejo dicho de que ?más vale malo conocido que bueno por conocer.? Donde están empezaron, como digo, hace muchos años por la época navideña ?tirando? su mercancía en la orilla de la banqueta desde primeros de diciembre, retirándose después del Día de Reyes, los siete de enero.

Los comerciantes de la Hidalgo, que nunca han estado verdaderamente unidos para hermosear su campo de operaciones, tercos en que eso le corresponde exclusivamente a las autoridades de la ciudad, hicieron poco caso de ello y los ambulantes que no ambulan se hicieron dueños de la situación.

La ciudad, entre tanto, comercialmente sigue creciendo hacia todos lados, y acaso donde menos oportunidades tenga sea en el centro por el exceso de tránsito y falta de estacionamientos. Pero, si los ambulantes siguen tercos en quedarse donde están, que se les obligue a construir, en el mismo espacio que han venido ocupando hasta ahora, ?puestos? que den mejor vista a la calle, diseñados por los arquitectos municipales y aprobados por la autoridad competente

Es lo menos que pueden hacer por la ciudad que les permite ganarse la vida como quieren y saben.

M A R T E S

Arturo, del que varias películas se han hecho y hemos visto a través del tiempo, existió sin ninguna duda por el siglo V, aunque no como rey sino como general romano británico, tras todo ese entretejer espléndido de las leyendas y romances medievales.

En Bretaña, con su nombre romano, Artorius, fue tal vez el último de los romanos; el último en comprender las ideas romanas y en utilizarlas para el pueblo británico. El primero en mencionarlo fue el autor galés Nennius, que escribió alrededor del 796. En general, su relato en la Historia Brittonium es bastante sobrio. Arturo era invencible, intrépido, ?luchó por los reyes de los britanos, aunque él era ?dux bellorum?, es decir, mandaba en el campo de batalla una fuerza especial destinada a combatir a los invasores sajones cuando y donde fuese necesario. Nennius cita los nombres de las doce batallas en que Arturo derrotó a los sajones; la última de ellas tuvo lugar alrededor del año 500 y como resultado de ella los anglosajones cesaron en sus agresiones durante casi cincuenta años.

Destacándose en la época de la decadencia romana en Gran Bretaña por su energía e ingenio, es posible que Arturo diera sus batallas mediante el empleo de caballería armada, de la que constituyen tal vez un recuerdo los legendarios caballeros de la Tabla Redonda. El propio Arturo murió en la batalla de Camlann, en la que lucharon britanos contra britanos.

Y si murió ello quiere decir que al uso de aquellos tiempos los mandamases no se habían inventado todavía oficinas para guarecerse en ellas, como lo acostumbran hoy, y si no que lo diga Bush.

M I É R C O L E S

Tras de seis meses de estarse quieta y no decir esta boca es mía Elba Esther Gordillo se ha dejado ver nuevamente en México para que los fotógrafos capitalinos le dispararan con sus cámaras y al día siguiente toda la república supiera que en unos días más volverá a ocuparse de lo de siempre, de la política, lo cual dará gusto a sus partidarios y pondrá a temblar a sus enemigos, aunque asegure no serlo de nadie.

Lo cierto es que si ya se mostró en la calle; después de ello no se va a encerrar ni un día más y diariamente volverá a hacer lo de siempre, hablar de todo y por todas partes, por lo pronto ha declarado que ?está convencida de que tiene que hacer cosas para el bien de la gente, de la humanidad y además con la construcción de acuerdos de consenso para sacar adelante al país?. Nada menos.

Una de las cosas que debiera hacer, teniendo en cuenta las magníficas relaciones que tiene desde hace tiempo con los habitantes de Los Pinos, es sugerirles algunas buenas ideas, si las tiene, para abrir fuentes de trabajo que lo ofrezcan a quienes no lo tienen, y para mantener a las que por años han mantenido a miles de mexicanos, como la del calzado por ejemplo, que era orgullo de México hasta no hace mucho, y cuyo futuro es hoy incierto.

J U E V E S

Nadie muere, es cierto, un día antes, ni después, de los que se han dispuesto para que cualquier ser nacido de mujer, lo mismo el más pobre de los pobres que emperadores o papas, termine la tarea que lo trajo a este mundo. Así vemos a hombres y mujeres agobiados por sus enfermedades, a algunos hasta su precariedad, para quienes la muerte representaría el descanso de todos sus males, resistiéndolas sin quejarse, con una fortaleza digna de mejores causas Uno diría que cuál es el objeto de alargar la vida de un pobre, y sin embargo más de un moribundo ha sido consciente de que su muerte está sirviendo de ejemplo a los suyos de lo que debe ser una muerte cristiana y eso engrandece frente a sí mismo sus últimos minutos. A eso vino y no era cosa de morir antes de que sus propios hijos tuvieran la edad necesaria para comprender su actitud.

Cuentan de un señor muy conocido en su pueblo, que durante una epidemia se contagió de tan grave forma que lo dieron por muerto, amortajándole y metiéndole en un ataúd. Pero, a punto de cerrarlo se incorporó, con gran espanto de los que se hallaban velándolo con los que se disculpó diciéndoles que lo perdonaran, pero que lo de su muerte había que dejarlo para otro día, agregando que sentía que la caja, por ser él muy alto no serviría pronto a otro, al menos antes de que pasara algún tiempo; pero, en eso se equivocó, pues a las pocas horas murió, de nada, es decir, le falló el corazón, a un muchachón del mismo pueblo. Y al que iban a enterrar otros lo hicieron cuarenta años después.

Pienso en lo anterior al leer las noticias sobre los males que viene soportando durante las últimas semanas el Papa, y que han de traer desesperados a los posibles papables que, cardenales o no cardenales lo que no pueden dejar de ser son hombres y, como todos, el que más, el que menos, todos tienen sus ambiciones. Pero, eso será el día que Dios quiera.

V I E R N E S

Cuentan que en tiempo de Felipe II un campesino sostenía un pleito por una cuestión de dinero, y el pleito no terminaba de resolverse nunca. Un día el campesino prorrumpió en improperios contra todos los Felipes, los pasados, los presentes y los futuros. El campesino fue detenido, y a oídos del rey llegó la causa de la detención. Felipe II llamó a la presencia al juez, y le dijo: Sé lo que ha dicho este hombre . Los Felipes pasados han muerto todos y no se enteran ya de nada; Los Felipes futuros nadie sabe si existirán; así es que sólo queda el Felipe presente, que soy yo. Y le perdono, os ordeno que le pongáis en libertad y os ruego que resolváis su pleito lo antes posible. Estoy seguro de que el conflicto de este hombre es por falta de dinero, un mal que conozco muy bien, puesto que también lo sufro.

Este rey de España tenía sus salidas de más o menos ingenio, como ésta que ocurrió cierta vez que tuvo que trasladarse con la mayor prontitud desde Madrid a El Escorial. Entonces le dijo al cochero que ?a ver si conseguía que los caballos volaran?.

El cochero tuvo que hacer correr mucho a los caballos, y durante todo el camino les estuvo gritando: ¡Caballos del demonio!

A la llegada a El Escorial el rey preguntó al cochero de quién había gritado todo el camino que eran los caballos, y cuando el cochero le dijo que del diablo se los regaló porque no quería que un día fuera a reclamárselos.

S Á B A D O

Finalicemos esta semana dándole una sorpresa al autor de los siguientes renglones escritos en 1984, y que después de un ?Querido Emiliano?, como también ha dado en llamarme desde el año pasado uno de mis bisnietos, dicen: ?Como mi letra es de médico antiguo, abuso de María Estela que me hace el favor de recibir mi dictado. Les manda a ti y a Elvira su cariño.

Por fin conecté la raíz histórica de Obidos, Alcohaca, Batalha (Portugal) tierras hasta donde se extendía el poderío de Asturias-León y luego de Castilla-León, con los pueblos, primero extremeños, luego leoneses y ahora de Castilla la Vieja: Salamanca, Valladolid, Tordesillas, etc., y sobre todo, y voy a hablarte de ello, Ciudad Rodrigo. Esta es totalmente castrense, totalmente amurallada y aún hoy te recuerda la organización medieval. El centro amurallado y alrededor los villanos, ¡qué hermosa! Aquí se instalaron los vetones, tribu celtíbera (hoy en la actualidad un símbolo, un verraco céltico ? igual que el toro en Toro ? a la entrada del Castillo de Enrique II de Trastamara. El odiado Julio César, la conquistó y romanizó. Vencida Roma fue repoblada por el conde Rodrigo González Girón casado con Sancha (bastarda de Alfonso VI quienes la reedificaron a principios del S. XI; de aquí son los Manrique de Lara (Corazón de Piedra Verde, etc., de Madariaga). Se disfruta su catedral románica del siglo XII y su preciosísimo claustro gótico; el Ayuntamiento renacentista y para mí el evocador palacio del Conde de Cerralvo (por quien se puso San Gregorio de Cerralvo en 1561 a la primera capital del Edo. de Nuevo León; allí nació también Fco. de Montejo (el del Paseo Montejo de Mérida y conquistador de Yucatán, y Cristóbal Castillejo, poeta renacentista defensor de la métrica castellanal. Pero . . . es muy tarde y mi secretaria se cansó. H. H. B. V.

Y D O M I N G O

La amistad es la hermana de leche del amor. CARLOS MONSIVÁIS

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