L U N E S
A pesar de todo eso que llamamos descanso, a estas horas lo que queríamos era acabar con un reposo y una tranquilidad que ya estuvieron bien. Bastante tenemos con las que nos ofrecen los domingos. Esto es lo que en realidad Adán y Eva le vieron de malo al paraíso. Si el Señor les hubiera dado algo con qué trabajar la tierra, con ello mismo hubieran hecho del día en que el diablo en figura de serpiente fue a tentarles, el último del demonio. Pero, sin nada qué hacer, no pudieron escapar de oírlo. Y menos si la serpiente en que Luzbel se transformó ese día fue un coralillo de brillantes colores.
Lo que quiero decir a ustedes es que el hombre no está hecho para el descanso, por eso cuando, de vez en cuando, lo alcanza se vuelve día de fiesta. Claro que con el tiempo se llegó a la existencia de hombres que sólo piensan en el colchón, pero aun éstos lo hacen más que para descansar para fatigarse placenteramente.
En fin, que con el trabajo llega la oportunidad de escaparse de él para disfrutar de unos cuantos minutos charlando con los amigos, y esto que no se nos da sino que nos damos maña para obtener sustrayéndolos a nuestra laboriosidad es lo que los hace valiosos y apetecibles. Pero, cuando se nos dan, sin buscarlos, y casi se nos obliga a hacer algo con ellos es cuando llegan a fastidiarnos.
M A R T E S
Ahora que todos nuestros posibles candidatos andan moviéndose para no quedar fuera de la lucha que se viene encima, recuerdo esta anécdota de Dantón, abogado y protagonista de la Revolución Francesa.
Después de la toma de la Bastilla, para cuya acción Dantón había estado en la calle animando a la gente, se retiró a su casa a dormir. A altas horas de la noche llamaron a la puerta. Eran sus amigos Desmoulins y Fabre d´Eglantine, que iban a comunicarle una buena noticia: Que acababa de ser nombrado ministro de Justicia. ¿Por eso me despertáis? Me hubiera enterado mañana. Es que yo, le dijo Desmoulins, vengo a solicitar que me nombres tu secretario. Y yo, dijo Fabre, que me nombres tu vicesecretario. Y así entre los tres llevaremos todos los asuntos del Ministerio.
Dantón les dejó decir y después les señaló la puerta, diciéndoles:
Perdéis el tiempo, Mientras me hablabais he tomado la decisión de no enterarme de nada hasta mañana, cuando me despierte, dentro de siete horas.
Y se negó a seguir escuchándoles.
Y así nuestros posibles candidatos y candidatos desde ahora. Lo mejor es que se vayan volviendo los mejores sordos, que son los que no quieren oír. Pues si ellos andan detrás de lo que andan sus amigos, de los que cada día descubre tener más, andan detrás de ellos sin vergüenza alguna, y no precisamente de ellos sino de lo que creen que él puede darles.
En esto el mundo no ha cambiado. Siempre ha sido igual.
M I É R C O L E S
También el Islam tiene sus santas. Rabi´a de Basra es la más grande de las mujeres santas del Islam. Todas las noches, cuando subía a la azotea a rogar, empezaba diciendo: ?¡Oh Señor! Las estrellas brillan y los ojos de los hombres están cerrados, los reyes han cerrado sus puertas y los enamorados están solos con su amada, y yo estoy aquí sola contigo!?.
Nació y vivió durante toda su vida (1717-801) en Basra. Descendía de una de las familias más pobres, al punto de que, según la tradición, en la noche de su nacimiento no había en la casa aceite ni lámpara alguna ni ropas en qué envolver a la recién nacida criatura. Su padre que ya tenía otras tres hijas y ningún varón, estaba afligido por el nacimiento de esta cuarta niña ( Rabi´a significa cuarta), pero Mahoma le consoló en una visión.
Sus padres murieron de hambre durante una época de carestía, cuando ella era aún una niña; la familia se desperdigó y Rabi´a fue vendida como esclava. Durante el día trabajaba para un amo; durante la noche rogaba a su Señor. Su amo, viéndola un día a través de una ventana, le oyó que decía: ?¡Oh Señor Mío! Tú sabes que el deseo de mi corazón es obedecerte y que la luz de mis ojos está al servicio de tu corte. Si dependiese de mí, no dejaría ni durante una hora de dedicarme a tu servicio, pero tú has querido que yo estuviera sujeta a una criatura?. Al día siguiente su amo mandó por ella y la dejó en libertad. Durante algún tiempo se ganó la vida como tocadora de flauta y vivió también como ermitaña. Nunca contrajo matrimonio. Fue en peregrinación a la Meca, pero el templo no le satisfizo.
Al final de sus días oraba la más bella de todas las plegarias: ?¡Oh Señor! Si yo te adoro por temor al Infierno, quémame en el Infierno; y si yo te adoro con la esperanza del Paraíso, exclúyeme del Paraíso; pero si yo te adoro por ti mismo, no me prives de contemplar tu eterna belleza?.
J U E V E S
A veces, mi querido licenciado, no sé qué les pasa a los dioses o al mismo Dios que nos hace nacer a todos para llevarnos demasiado tarde a unos pero, a otros, tan temprano que lo hace a uno darle vueltas a la pregunta de que entonces para qué, ¿sólo par hacer madre a sus madres?
Yo, aquí lo he dicho varias veces: al terminar un año me pregunto para qué lo he vivido. Algunas veces he contestado satisfactoriamente, al menos para mí, tal pregunta, pero la mayoría de las veces ni por asomo.
Hay vidas muy visibles: la de la serpiente lo es, ¿cómo, sin ella justificar la de Adán y Eva. Y no se diga la de Judas. Pero, en dos fechas diferentes perdí a dos hijos, uno entrando apenas a la juventud y otro de meses de nacido y no he encontrado aún respuesta a sus decesos, a sus marchas de regreso, porque¿a dónde, si no al sitio de donde vinieron se habrán marchado? Todos lo sabemos porque lo intuimos o porque nos lo dicen y repiten a través de nuestras vidas: nacemos para morir, pero, ¿por qué unos tan viejos, otros apenas acabando de nacer y otros, los más en plena juventud, cuando se preparan para justificar su vida? Razonar la vida y sobre todo, la muerte de estos últimos es de lo más difícil, y siempre nos quedamos sin respuesta.
V I E R N E S
Todavía no hace mucho se discutía a diario sobre la igualdad de los sexos. Dentro de pocos años se va a tener que iniciar otra vez esa lucha, pero ahora a la inversa, es decir, para que los hombres imiten e igualen a las mujeres en lo que éstas ya están haciendo.
¿Ir a la guerra? Eso, desde cuándo están en ellas. En las guerras que quieren, ellas están en todas partes: en los escritorios y en los frentes de batalla, intentando quitar la vida a los hijos de otras madres. ¿Cómo evitarlo?
Pero, no sólo eso. En deportes de riesgo se apuntan como una competencia que no se puede ignorar: en ese que se llama ?rappel?, que se pronuncia ?rápel? y consiste en descender por las rocas o los muros sin más ayudas que cuerdas al parecer pocos hombres les ganan, pues la fuerza necesaria la adquirieron en los gimnasios y la audacia la sacan de su propia voluntad de no ser menos que los hombres, y cada vez lo van consiguiendo más. Cuando menos en algunos programas de la televisión del otro lado ya van apareciendo de vez en cuando hombres muy hombres que están dispuestos a cambiar, dentro de sus hogares, las funciones tradicionales: ellos cuidando el hogar, en tanto que ellas, cada vez más, invaden los campos que no hace mucho eran exclusivamente masculinos; es decir, que las amazonas han vuelto a aparecer, con ánimo varonil, pero sin necesidad de amputarse nada.
S Á B A D O
Pues, nada, desde ayer aquí está abril primaveral como él solo. Aunque marzo debiera iniciarla, como es más loco que febrero, cuando uno cree que su última semana será como lo queremos, el tercer mes del año saca sus raíces invernales y nos da, de despedida, sustos de temperatura desigual que no veas.
Los que llevamos sobre nuestras espaldas algunas décadas a cuestas, sin embargo, podemos recordar algunos remolinos y terregales de los que nos ha liberado, cada vez más, la pavimentación y que asustaba hasta el paroxismo a quienes no eran de aquí. Mi concuña Esther, aprovechando que ella y Salvador, su esposo, hermano de Elvira, hicieron un viaje a Las Vegas, de regreso a la Ciudad de México, por cortesía, se desviaron lo necesario para estar con nosotros un día. Le tocó una de aquellas tolvaneras y que, de todas maneras, ya no eran lo que antes.
Desde entonces no ha vuelto. Y de ello han pasado cuarenta años, lo menos. Cuando les visitamos y recuerda la que soportó, le vuelve el susto.
Y D O M I N G O
La mujer es una fuerza de la naturaleza, como el viento o el relámpago. Al igual que Odiseo ante las divinidades incógnitas, acerquémonos a ellas temerosos si no sabemos la fórmula mágica que ata y orienta su incontrastable energía. JULIO TORRI