LUNES
Todos los que inician una campaña para ocupar un puesto público, y más todavía quienes le acompañan en tal aventura, juran y perjuran en su momento que lo hacen por el bien del público, por velar y hacer por los ciudadanos lo que otros, a pesar de haberlo también prometido, no hicieron.
El tiempo se encarga, una y otra vez, de que tal promesa se les olvide, igual que a quienes les antecedieron. Bueno, el tiempo y el dinero. Y así, ahora que nuestro Alcalde Guillermo Anaya Llamas hará realidad el bono prometido a los directores de diversos departamentos municipales, no obstante la protesta del público que considera injusta tal donación, los beneficiados permanecen a la chita callando. Porque no hay uno solo que levante la voz para renunciar a lo que van a darle, seguramente por creer que, eso y más, se lo han ganado. Y es que como solía decir en mi niñez mi compadre ?Liandro?, compadre en realidad de mi abuela: ?La lana es canija?.
Cuentan que estando Alejandro en su lecho de muerte, aunque era muy joven, uno de sus generales se acercó a hablarle a nombre de los que creían heredarle, pidiéndole que les dijera dónde guardaba sus tesoros.
Alejandro se disculpó por haberse olvidado de decirlo. Y dijo: ?Todo está en los bolsillos de mis mejores amigos?.
Así fue, y seguirá siendo.
Y entonces como ahora a costillas del pueblo.
MARTES
La diferencia entre el frío y el calor es que, con el frío no se sabe. De repente no, pero, si te agarra descuidado y desabotonado el segundo botón de la camisa puedes darte, no digo que por muerto, pero sí fastidiado lo menos por una semana.
Estoy seguro de que en el Paraíso reinó el verano durante el tiempo que duró, porque lo mismo Adán que Eva en tanto allí vivieron siempre anduvieron en cueros, según los representan, y eso de la hoja de parra no pasa de ser un cuento, pues entonces, ni para cuándo se hubiera inventado el pegol.
Y eso es lo que a veces no me explico del Señor, digo, el haber escogido o creado a ese par de inocentes (y, a propósito hoy es precisamente su día: el de los Santos Inocentes) capaces de dejarse engañar por la serpiente, aunque claro, ella sería todo un cuero, pues lo de arrastrarse vino después de ser maldita por engañar a los bobos habitantes del Edén. Así que pueden imaginársela, seguramente lo más cercano a ella que ha existido después ha sido la Marilin Monroe. Pero, fuera lo que fuera lo que tuviera todo se acabaría en el primer mes de moverse arrastrándose en el suelo.
Y está bien, pues, que el Señor cerrara el Paraíso, no dejándonos ninguna oportunidad de recuperarlo, pero ¿qué caso tenía dividir en estaciones aquel perpetuo verano? Y deja tú que de aquella interminable primavera hiciera el verano y hasta el otoño, ¿pero el invierno? Porque para entonces ya se le había ocurrido si no, no los hubiera vestido de pieles al echarlos fuera con un Dios los bendiga.
MIÉRCOLES
En estos días, nos demos o no cuenta de ello, todos andamos en el mismo y misterioso enjuague de jugársela al viejo año, es decir, de darle muerte con todos nuestros pecados encima. Y eso, si no está bien, que no lo está, es pasadero de parte de los jóvenes, pues quieren un año nuevo, pero no de parte de los viejos que lo más seguro es que ni lo aprovechan.
Sin embargo, un nuevo año, por discreta y sigilosamente que vaya llegando, no puede evitar que su proximidad llene de esperanzas el corazón de todos los humanos, inclusive los valetudinarios que se han salvado de los achaques de su edad y sienten, con más fuerza que los jóvenes la oportunidad de conocer el rostro a un Año Nuevo más.
Por cierto, eso del año nuevo a mí siempre me mete en dudas. ¿Será, de verdad, tan nuevo como dicen, virginal, vamos, o será uno de los que ya hemos vivido que nos repiten chapuceramente? Porque, ¿qué hacen con tanto año viejo como deben de tener, muchos de los cuales con una reparadita quedarían como para volverse a usar? Porque no se trata de los últimos 2004, D.C. que hemos numerado, ni tampoco de aquellos 6 mil y pico a los que amparamos con su A.C. respectivo, sino de vaya usted a saber cuántos millones que hay atrás, solitarios de hombres los más, pues son de antes de que el hombre asomara sus narices por la tierra.
A los viejos no nos queda más esperanza de que cuando nos ocurra lo que ha de sucedernos, ello nos permitirá echarle un vistazo a todo lo que, de otra manera jamás veríamos; es decir, que es la única forma de que lleguemos a ver la fábrica del tiempo y esas cosas tan secretas.
JUEVES
Lo de la guerra en estos días debería manejarse en forma diferente, vamos, que el último mes de este año y el primero del que viene la guerra debiera suspenderse, facilitando así el que todos los que en ella andan se integren a sus familias respectivas y celebren con ellas el fin del año que se va y el principio del que viene.
Allí están esas fotos de algunos muertos en Irak. Todos son jóvenes. Hombres recién casados muchos de ellos, los más con hijos pequeños, muchos de los cuales dentro de algún tiempo en lugar de crecer a la sombra de sus padres lo harán bajo la de un ?corazón púrpura?, o algún símbolo por el estilo.
Y si de veras todas esas muertes de hombres jóvenes representaran la conquista de la paz en el mundo, se comprendería el sacrificio de sus vidas, pero no es cierto, la guerra no lleva tal propósito sino el de la conquista de más bienes para los más ricos del orbe.
El beneficio mayor de las guerras lo reciben los fabricantes de armas cuyos hijos, seguramente, jamás conocerán el riesgo de los campos de batalla, porque, como decía Ortega: ?No es el hambre sino la abundancia y la sobra de energías quienes suscitan la guerra?, ya que no hay guerra que no persiga intereses económicos.
VIERNES
Éste es, en cierta manera, el día de los adioses. En primer lugar, queramos o no queramos, tenemos que despedirnos de un año al que, después de todo lo bueno y malo, no que nos trajera, sino que en él hiciéramos, llegamos a quererlo porque, por ello, llegó a ser parte de nosotros.
Pero bueno, en nuestra vida nos hemos despedido de tantas cosas que despedirnos de un año apenas si nos hace mella, y menos cuando lo hacemos a sabiendas de que tal despedida nos da acceso a uno nuevo que la providencia nos dejará o no vivir completo, pero que, por lo pronto, en unas horas más, nos dará acceso a él.
La mayoría de nosotros lo mejor es que no haga balance acerca de lo que hizo con el año que se nos fuga a cada minuto que pasa, porque la cuenta le saldrá adversa por lo poco de bien que en él hizo; pero, de todas maneras puede sentirse satisfecho si se compara, digamos, con Bush, quien, por mucho bueno que haga en el resto de su vida no tiene con qué pagar, particularmente a las madres de quienes, habiendo acudido a la guerra que les llamó han muerto en ella para nada, pues la paz universal es posible que sea lograda muchos siglos más adelante, pero no por ahora.
SÁBADO
Nos costó trabajo, pero, aquí estamos. Nos costó trabajo, porque a veces como que queríamos y hasta le dábamos prisa; pero, a veces como que no, y no sabíamos qué hacer. Y es que, como dice el refrán: ?Más vale malo conocido que bueno por conocer?. Y después de todo, al cero cuatro ya lo habíamos llegado a entender, y de este cero cinco, fuera de su numeración, nada sabemos.
La cuestión es, pues, qué haya dicho Salomón, o el que lo haya dicho si él no hubiera sido, que ?no hay nada nuevo bajo el sol?, aquí le echo este cero cinco a la uña, a ver qué hace con él. Ya verá que así como nadie puede bañarse dos veces en el mismo río, porque ese mismo río no existe ya que sus aguas están corriendo constantemente, así también este año que hoy comienza es original, o debe serlo porque si no sería un gran engaño, y así llegará con sus días en blanco para que los llenemos con nuestra supuesta sabiduría e innegable ignorancia, pues los tiempos cambian y para los problemas que un año nuevo traiga de poco nos servirán nuestras experiencias pasadas, pues si no fuera así, basándonos en ellas, acertaríamos constantemente, y ya vemos que ni siquiera somos capaces de acertar al elegir a un líder.
Confiemos en la casualidad; si estamos listos puede darse la de que cuando menos lo esperemos aparezca el guía que por tantos años hemos estado esperando. Y eso, creo, es todo lo que a la fortuna pedimos para el año que hoy empezamos a vivir.
Y DOMINGO
Recuerden mis queridos lectores que el fin de la vida es conseguir la felicidad, y que ésta es posible para todos si no le cerramos la puerta.