La leucemia mina la salud de una pequeña que posee un tipo de sangre muy especial
En la actualidad, en el área de Pediatría del Hospital General tienen el registro de 50 pacientes oncológicos. Mónica Valdez Betancourt, de tres años de edad, es parte de esa lista.
Sentada en la cama, dentro de un aislado, mira a la gente que se asoma a su habitación. Sus ojos son grandes pero parece que estuviera enojada. Su carácter le ha cambiado mucho, según comenta su mamá, Teresa Betancourt. Era una niña alegre, pero ahora la mayor parte del tiempo llora.
Los primeros síntomas que presentó fue un intenso dolor de piernas acompañado por la fiebre. No tenía ánimos, se la pasaba acostada. Al principio, su pediatra prescribió que se trataba de una fiebre reumática. Le cambió el tratamiento en dos ocasiones, hasta que al final, al no notar mejoría alguna, sus padres decidieron cambiar de médico.
Fue así como se le practicaron varios estudios y descubrieron que tiene leucemia linfoblástica aguda, de riesgo habitual. Han pasado 20 días de internamiento y para Teresa la situación resulta por demás difícil.
De una manera inesperada su única hija se encuentra enferma. Al lado de su esposo Francisco Javier Valdez, cuidan a la niña todo el día; optaron por dejar a un lado sus actividades económicas y así sus ingresos no son muchos.
Pero además del dolor de saber que la infante se encuentra mal, se enfrentan a una incertidumbre constante. Mónica tiene un tipo de sangre poco común: A negativo. Y debido a que gran parte de su tratamiento requiere de sangre y plaquetas, el calvario es constante, pues los donadores son escasos.
Teresa cuenta que no saben en qué momento van a requerir las plaquetas; por eso, procuran que siempre haya gente disponible. Ella se siente culpable, debido a que el tipo de sangre es su herencia; además, su padre murió de cáncer.
Tiene 24 años de edad. ?Es horrible, no hay palabras para esto. El dolor es algo espantoso?, cuenta respecto a la enfermedad de su niña, quien se percata del sufrimiento de su madre; de allí que la mujer prefiera esconder sus sentimientos y tener un buen semblante para brindarle ánimos a la pequeña.
Manifiesta que se han dado a la tarea de buscar donadores. Entre los familiares, sólo un primo suyo tuvo el tipo de sangre, pero no es mayor de edad, así que no califica. Una señora se ofreció a ayudarles, pero su esposo se lo prohibió por temor a que contrajera alguna enfermedad, es decir, los tabúes se impusieron.
Édgar Francisco Ortiz de la O, oncólogo pediatra, establece que requieren apoyos de productos sanguíneos para su manejo. ?Esta clase de pacientes cruzan con plaquetopenias y anemias severas. Ya se controló la anemia, pero estamos con los tratamientos de quimioterapia y eso nos puede hacer que caiga nuevamente?, dice.
?Todas las leucemias son malas. De las leucemias la niña padece la que más porcentaje de curación tiene. Tiene arriba del 80 por ciento de curarse a cinco años. El problema es el tipo de sangre que posee, pues es muy especial. Es por lo que solicitamos el apoyo?, complementa.
Entre tanto, sus padres están a la expectativa, con el miedo de que al carecer de donadores en un momento determinante, la salud de la niña se complique.
Y Mónica, con sus ojos llenos de lágrimas, encuentra consuelo en la compañía de su papá. Come un poco, pero enseguida reclama la presencia de su mamá, quien acude a su lado y aguanta la tristeza de ver a su nena internada.
Exhorto
El Centro Estatal de Transfusión Sanguínea solicita la participación ciudadana en el caso de Mónica Valdez Betancourt.
-El tipo de sangre es A RH Negativo.
-La niña requiere de donadores de plaquetas por aféresis.
-Las personas interesadas se pueden contactar a 8-11-10-01 y al 8-13-01-31 o bien acudir al Centro Estatal de Transfusión Sanguínea, en donde se les explicará el procedimiento a seguir y se les practicarán algunos estudios serológicos.
FUENTE: Entrevista con Alfredo Rodríguez Briones, director del Centro Estatal de Transfusión Sanguínea.