EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- El mexicano Rodolfo Morales logró trascender con su obra y hoy los laguneros tendrán la oportunidad de admirarla, cuando se inaugure una muestra en punto de las 8:30 de la noche en el Instituto Coahuilense de Cultura (Icocult) Laguna.
Los colores, la gente y las texturas de su pueblo natal (Distrito de Ocotlán de Morelos en Oaxaca) fueron recreados una y otra vez en su lienzo y en su obra gráfica.
Más allá del paisaje, puede hablarse del acto de capturar la esencia de un sitio, la continuidad de un ritual. Ángeles, mujeres y novias quedaron aprehendidas por siempre en su legado plástico.
El maestro nació el ocho de mayo de 1925, pero su afán por las artes plásticas le llevó a la Ciudad de México en 1948, en donde ingresó a la Escuela de Pintura de la Academia de San Carlos.
Se dio a conocer a través de la exposición de sus obras en la Galería Casa de las Campanas, en Cuernavaca, Morelos, impulsado por la escultora Geles Cabrera.
Viajó por muchos países del mundo visitando museos, sin embargo hizo sus primeros lazos intelectuales gracias a las conferencias de viva voz, donde conoció a Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Salvador Novo, Carlos Chávez, Mariano Azuela y Manuel Toussaint, con quienes evolucionó intelectualmente.
En 1975 el maestro Rufino Tamayo acogió calurosamente su obra y estimuló su creación artística. Para 1985 decidió regresar a su tierra natal para trabajar incesantemente en la creación y difusión de sus obras.
Más tarde se establecería formalmente la Fundación Rodolfo Morales A. C., institución dedicada al rescate del Patrimonio Arquitectónico y Cultural de los valles centrales de Oaxaca, entre muchas otras actividades.
El maestro Morales murió de cáncer de páncreas en un hospital civil en la ciudad de Oaxaca, el 30 de enero de 2001. Pero su obra quedó para la posteridad, gracias a que se dio a conocer en Europa, Estados Unidos, Canadá y, por supuesto, en México.