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Morir, matando

Gilberto Serna

El año que comienza tiene la singularidad de que en su segunda mitad puede que haya candidato priista para “la grande”. Lo cierto es que el panorama tendrá que aclararse dando rienda suelta a las pasiones que desembocarán en la asamblea donde delegados de toda la República asistirán a la sede del Partido Revolucionario Institucional para manifestar quién es la persona de su preferencia que llevará los colores de la divisa al ruedo, como los toros cuando salen por el callejón de toriles a los que una mano diestra les entierra el rejón en el lomo con listones que identifican la empresa ganadera de la que proceden. Desde que Vicente Fox Quesada figuró como precandidato, cundió su ejemplo de que hay que popularizarse a cualquier costo gastando dinero a raudales.

Lo que vendrá a descomponerles el paisaje al cuadro de los que quieren aplastar al madracismo es que se quedarán sin poder antes de que su estrategia les dé resultados. En efecto, Miguel Alemán Velasco entregó el Gobierno de Veracruz, Tomás Yarrington, en Tamaulipas hizo lo mismo en el inicio de este año, en tanto Manuel Ángel Núñez en Hidalgo dirá abur el 31 de marzo. En el Estado de México, el tres de julio habrá comicios para elegir al sucesor de Arturo Montiel. En Coahuila habrá elecciones el 25 de septiembre para designar al que sucederá a Enrique Martínez y Martínez. Quedarán, desde sus despachos de gobernador, ladrando a la luna, los gobernadores de Sonora y Nuevo León.

¿Cuál será la fórmula mágica en uso para que uno de los que aspiran ocupe el cargo sin que haya violencia de por medio? Ya en la actualidad hay dos grupos definidos: el que encabezan varios gobernadores, a los cuales se han adherido senadores, diputados federales, ex mandatarios federales y alguna gente de tropa. No se sabe a ciencia cierta para dónde inclinarán las simpatías de quienes cuentan con medios económicos. Desde luego no habrá un consenso único, jugarán con varias cartas que les puedan garantizar la permanencia de sus privilegios. Lo han hecho en el pasado ¿no se por qué no habrían de hacerlo ahora? El otro grupo lo encabeza un solo individuo, Roberto Madrazo Pintado, que aglutina los intereses de una corriente política que se ha venido fortaleciendo con el resultado de comicios estatales. Se vaticina por los analistas políticos que en un futuro cercano se hará patente el principio maquiavélico de divide y vencerás. No hay una convicción profunda que permita considerar a los gobernadores como ejemplo de lealtad por lo que no se duda que algunos pudieran defeccionar, pasándose a la filas que preside el líder tricolor.

En cuanto a Roberto, que es cabeza visible de un poderoso emporio político, cabe decir que hasta ahora ha venido navegando con esmerada astucia. No hay en su equipo quien pudiera desbancarlo y los que le son hostiles no han encontrado la manera de echarlo contentándose con argumentar que no hay equidad en el hecho de que figure como presidente del CEN del PRI y al mismo tiempo sea aspirante. No han querido darse cuenta de que en la política golpe que no destruye, fortalece. La recomendación del público que asiste a los tendidos es que no se hagan intentos malogrados. Al toro, en especial al miura, hay que ponérsele enfrente, si se tienen redaños, con la punta del estoque apuntando al morrillo, la rodilla ligeramente flexionada, tirándose a matar sin reparar en los cuernos que, como dos puñales, buscarán el cuerpo del torero. Hay que jugarse el todo por el todo. No hay medias tintas que valgan. El que se encuentra en el ruedo tiene que matar con el riesgo de morir en el intento. No esperen que voluntariamente y de buen grado les entreguen la candidatura en charola de plata. Habrán de demostrar quién manda en la arena.

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