Taipei, (EFE).- Un taiwanés que consumió once sapos por sus supuestos efectos medicinales falleció tras ingerirlos en un banquete en el que también resultaron envenenados varios miembros de su familia y un vecino, informó, la policía isleña.
Chiang Mu-yung, de 47 años, falleció al ingresar en el Hospital de Veteranos de Neihu, mientras que su esposa, dos hijas y un vecino están fuera de peligro tras recibir tratamiento a tiempo.
El fallecido capturó los sapos en las cercanías de su domicilio, en el distrito de Taipei, y se encargó de cocinarlos para el resto de comensales, que al poco comenzaron a vomitar y a mostrar síntomas de envenenamiento.
"Mi esposo fue el que comió más sapos y fue quien se puso peor de todos", dijo su esposa a la policía, aún bajo los efectos de una ligera intoxicación.
La tradición china considera que comer sapos y serpientes ayuda a eliminar las impurezas del organismo, pero los médicos del Hospital de Veteranos manifestaron que la especia degustada por la familia desprende una toxina que en dosis excesivas puede causar la muerte.
Algunos médicos naturalistas utilizan el veneno de sapo para curar el reúma, herpes, afecciones cardíacas, esclerosis y el Alzheimer.
