El hoy occiso apenas tenía treinta años.
EL SIGLO DE TORREÓN
Bermejillo, Dgo.- Un fuerte ruido en la parte trasera de su humilde casa, despertó a Paulina Astorga Franco, de 55 años. La mujer buscó el origen y al salir de su habitación vio que el techo del cuarto de su hijo se había derrumbado y murió sepultado.
Al filo de la medianoche, durante la pertinaz lluvia que se presentó durante casi todo el día, se escucharon los gritos de auxilio de la madre que trataba de rescatar a su hijo que respondía al nombre de Gonzalo Vargas Astorga, de 30 años.
Agentes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal acudieron al lugar, una finca de adobe ubicada en la calle Adame número nueve de la colonia Jaime Meraz.
La habitación tenía las vigas de madera muy vencidas y junto a la cama de Gonzalo estaba la cocina y era la pasada para ir a la letrina, al fondo del predio de seis por diez metros.
Isabel Vargas, de 28 años, hermana del finado, dice que en la finca vive su madre junto con seis de sus hermanos. Gonzalo se dedicaba a la labor, junto con su padre Eusebio Vargas, de 57 años.
De la defunción tomó conocimiento el agente del Ministerio Público de la Subprocuraduría de Justicia, Manuel Acosta Cervantes, quien ordenó el traslado del cuerpo al Servicio Médico Forense.
Sobre la víctima se dio a conocer que no era casado y tampoco tenía hijos. Su cuerpo fue trasladado por la funeraria del sistema del Desarrollo Integral Familiar (DIF) y a partir de las 14:00 horas iban a velar el cuerpo.
Vecinas del lugar demandaron a la autoridad para que atienda las necesidades de la gente que vive en jacales o casas de adobe y requiere de materiales para reforzar su construcción y evitar tragedias como la ocurrida en la casa de la familia Vargas Astorga.
Buscan abrigo.
Para protegerse de la lluvia y los posibles daños que podrían sufrir en sus viviendas, dos familias fueron trasladadas por agentes de la Dirección de Protección Ciudadana, al albergue habilitado en el gimnasio municipal, Luis L. Vargas.
José Guerrero Díaz, de 87 años y María Hernández Hernández, de 57 años, vecinos de la colonia Leticia Herrera, fueron trasladados, junto con Adela Morales Luévanos, de 31 años y sus dos hijos de diez y doce años respectivamente.
