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MADRID, ESPAÑA.- La ministra española de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, informó ayer que existe una “alta probabilidad” que se haya producido el primer caso en España de la muerte de una persona por la enfermedad conocida como de las “vacas locas”, una variante de la encefalopatía espongiforme.
Se trata de una mujer de Madrid, de 26 años, que falleció el pasado diez de julio y cuyos análisis ofrecen una “alta probabilidad” que sea la variante humana de la enfermedad de las “vacas locas”, explicó la ministra. Salgado precisó, no obstante, que será el Centro de Referencia de Edimburgo, en el Reino Unido, el que debe confirmar este extremo en dos semanas.
Manifestó que los “exhaustivos controles” establecidos por el Gobierno español y las autoridades de cada región en colaboración con la Unión Europea tras la aparición de los primeros casos de “vacas locas” en el Reino Unido, garantizan que la carne que se consume en España reúne todos los requisitos de seguridad.
El mal de las “vacas locas” se descubrió en el Reino Unido a mediados de los años ochenta cuando se supo que se puede transmitir a los humanos en forma de la enfermedad conocida como variante Creutzfeld-Jakob.
La enfermedad tiene un periodo de incubación que puede llegar a los veinte años y en el ganado se transmite a través del pienso que ha sido preparado con elementos procedentes de otros animales infectados.
En los humanos, esta rara patología afecta al sistema nervioso y sus agentes infecciosos son los priones que esponjan progresivamente el cerebro del paciente hasta provocar su muerte.
Los primeros casos de la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (un trastorno neurológico que ocasiona una disminución rápida de la función mental y del movimiento) se registraron en Reino Unido en los años noventa.
Se cree que la causa de estas anomalías es un daño cerebral ocasionado por una proteína llamada prión, que se pliega de manera anormal y parece estimular a que otras proteínas alteren su forma de manera similar.
Pronto se apuntó a que esta enfermedad estaba relacionada con el consumo de carne de “vaca loca”, una epidemia que comenzó a registrarse en Reino Unido en los años ochenta.
