EL SIGLO DE TORREÓN
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- Pasmado por la droga y el alcohol, se le veía deprimido desde hacía varios días. Fue ayer cuando decidió adormecerse con pegamento amarillo y no volvió a despertar jamás. Martín Ruiz Santillán, conocido como ?Cano?, falleció debido a que se intoxicó al inhalar el pegamento. Al parecer el exceso que tuvo con la droga fue a propósito y todo indica que él mismo decidió terminar con su vida.
Fue el miércoles por la tarde cuando Martín le dijo a su tío llamado Gerardo Santillán Rodríguez que se quería morir y que para ello iba a tomar veneno. Su familiar le dijo que se calmara, pues creyó que su depresión era pasajera y terminaría al pasar el efecto del pegamento que inhalaba.
El reporte de su fallecimiento se registró a las 8:40 de la mañana. Fue encontrado por su tío Gerardo en el propio domicilio del occiso ubicado en calle Mártires de Tlatelolco N°11 de la colonia Dos de Marzo. Al lugar acudieron los agentes de la Policía Ministerial con destacamento en Madero.
?Cano ya murió?, escribió la víctima con marcador en un pedazo de hoja que dejó antes de morir cuando aún estaba agonizante. El cadáver yacía a un lado de su cama. En el piso podían verse manchas de vómito amarillo. Las causas de su muerte al parecer fueron provocadas por la intoxicación y la congestión etílica provocada por el alcohol que ingirió.
?Cano?, de 38 años de edad, solía apartarse de la familia. ?Se metía a su cuarto y ya no quería salir de ahí, a veces le metían la comida nada más, pensamos que a lo mejor se deprimió más porque mi abuelita se había ido a Juárez?, comenta Lorena González Santillán, prima del fallecido.
UNO MÁS
Otro fallecimiento se registró en el ejido San José de la Niña, la víctima respondía al nombre de Florentino Salinas Flores, de 65 años de edad a quien le dio un paro cardiaco en su casa debido a la diabetes que padecía desde hace años. Los agentes de la Policía Ministerial tuvieron conocimiento pasadas las 12 del día.
Solo
?Cano? se sentía solo a pesar de la numerosa familia con la que contaba, a decir de su prima Lorena González Santillán, tenía más de 80 parientes y todos solían reunirse seguido. Sin embargo, debido a los vicios el hoy occiso se apartaba de la convivencia.
