Afirma la milicia insurgente que el atentado es en represalia por el asesinato de dirigentes.
AP / EL PAÍS
NETANYA, ISRAEL.- Un miliciano suicida que se inmoló con una bomba ayer en medio de una multitud que aguardaba para entrar en un centro comercial en esta ciudad del centro de Israel mató a por lo menos cinco personas y causó lesiones a más de 30.
El ataque agravó las tensiones entre israelíes y palestinos cuando ambos se encuentran en vísperas de elecciones. El primer ministro Ariel Sharon convocó a su Gabinete de emergencia para las próximas horas.
Yihad Islámica, una milicia que ha realizado varios ataques suicidas en los últimos meses, se atribuyó el atentado de ayer y dijo que era en represalia por el asesinato de sus dirigentes por Israel.
La explosión se registró a las 11:30 hora local (09:30 GMT) a la entrada de uno de los centros comerciales de la ciudad costera de Netanya, unos 20 kilómetros al norte de Tel Aviv y blanco de otros nueve atentados similares desde el comienzo de la Intifada de Al Aqsa en septiembre de 2000.
Dos de ellos, el 18 mayo de 2001 y el 12 de julio pasado, tuvieron lugar en el mismo centro comercial donde hoy hizo estallar sus explosivos el terrorista Lutfi Amín Abú Sami, de 21 años y de la aldea de Ilar, en el distrito cisjordano de Tulkarem.
La Policía dijo que el miliciano detonó su bomba cerca de una entrada donde los clientes se someten a un control de seguridad.
La Policía y agentes de seguridad descubrieron al kamikaze y lo empujaron contra una pared, dijeron fuentes oficiales. “Cuando la Policía iba a registrarlo, metió la mano en un bolso y explotó”, dijo el oficial Avi Sasson.
La explosión rompió vidrios y marcó la fachada del edificio marrón de varios pisos. La acera al pie del edificio quedó regada de sangre, trozos de hormigón y escombros. “Escuché una gran bomba. Sentí como si me explotara la cabeza. Giré y vi una gran bola de fuego, y entonces corrí”, dijo Masouda Israel, de 67 años, que concurría a una cita con su médico. “Uno ve estas cosas por televisión, pero cuando está ahí, es totalmente distinto”.
Poco después, la Yihad Islámica emitió una grabación de video en la que el suicida Abú Sami muestra su afiliación a esa facción y expresa su intención de cometer el atentado.
Un cuerpo yacía en el suelo, con piernas ennegrecidas que asomaban bajo una manta. Rescatistas llevaban a los heridos a las ambulancias, en tanto otros removían escombros en busca de trozos de cadáveres. La Policía cerró los accesos a la ciudad.
Sharon ha insistido que las negociaciones de paz, detenidas hace tiempo, no pueden reanudarse hasta que se detenga la violencia miliciana.