EFE
PARÍS, FRANCIA.- La muerte de madrugada de 17 personas, de las cuales 14 eran niños, al arder un viejo edificio de viviendas de París, Francia, habitado sobre todo por inmigrantes africanos, reaviva el problema del alojamiento de extranjeros en situación precaria cuatro meses después de una tragedia similar en una pensión de la ciudad.
Además de los 14 niños muertos, había una mujer embarazada entre las víctimas mortales. También hay una treintena de heridos, dos de ellos de gravedad, según el recuento de los bomberos y la Policía. Una mujer perdió a cuatro de sus seis hijos y otro figuraba en la lista de los heridos del siniestro que, en palabras del presidente, Jacques Chirac, “enluta a toda Francia”.
El incendio recuerda el de abril pasado en una pensión de París para inmigrantes sin documentos, que se cobró la vida de 24 personas.
Las llamas se declararon hacia la medianoche en el hueco de la escalera, entre la tercera y la sexta planta, lo que bloqueó la huida de los habitantes de los pisos superiores del edificio de siete plantas, la última de las cuales estaba tapiada.
En el inmueble vivían unas 130 personas, en su mayoría senegaleses y malienses en situación regular, pero también franceses, inquilinos alojados por la asociación caritativa Emmaús a la espera de encontrarles viviendas más apropiadas.
El edificio estaba en un pésimo estado de habitabilidad, como lo denunciaron ayer algunos de sus ocupantes, al subrayar las continuas fugas de agua, los cables pelados a la vista, la escalera de madera que vibraba al utilizarla o la presencia de ratas.
“Estábamos mal alojados. El edificio era insalubre”, se quejó uno de los sobrevivientes, que contó cómo durante el incendio había escuchado los gritos de niños que llamaban a sus padres. La organización caritativa reconoció que muchas de esas familias llevaban años en esa situación, pero también que cuando habían llegado allí era porque carecían de vivienda.
El ministro del Interior, Nicolás Sarkozy, que fue una de las primeras autoridades en personarse en el lugar de los hechos todavía de madrugada, encargó una relación de todos los edificios que pueden plantear riesgo de incendio o por ocupación excesiva, y dijo que se iba a estudiar con el Ayuntamiento el realojo de sus ocupantes.
El presidente Chirac mostró su “profunda compasión personal y de la Nación” a las víctimas y a las familias damnificadas, subrayó que “esta catástrofe horrorosa enluta a toda Francia”, y dijo esperar que las investigaciones permitan clarificar “las circunstancias exactas” y “sacar todas las consecuencias”.