AP
BAGDAD, IRAK.- Grupos de hombres armados secuestraron a un arzobispo católico y atacaron a las fuerzas de seguridad en una serie de violentas incursiones ayer en Irak en que murieron más de 20 personas.
Un atacante suicida causó una explosión en que las fuerzas estadounidenses sufrieron una cantidad indeterminada de bajas en Ramadi, donde dos chiítas fueron decapitados y sus cadáveres abandonados en una vereda.
El comando general estadounidense en Irak pronosticó mayor violencia antes de las elecciones del 30 de enero pero se comprometió a hacer “todo lo posible” para garantizar la seguridad. Las autoridades estadounidenses e iraquíes esperan que haya una nutrida concurrencia a las urnas, especialmente en zonas mayoritarias chiítas que fueron reprimidas durante mucho tiempo bajo el régimen de Saddam Hussein.
En Mosul, el arzobispo Basile Georges Casmoussa, de 66 años, de la Iglesia Católica Siria, fue secuestrado mientras caminaba frente a su templo, dijo un sacerdote que no quiso ser identificado. Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad, pero el Vaticano calificó el secuestro de una “acción terrorista”.
Los cristianos constituyen sólo un tres por ciento de los 26 millones de habitantes de Irak.
Ocho personas murieron cuando un atacante suicida hizo detonar un automóvil cargado de explosivos en una jefatura policial al Norte de Bagdad.