Hermanos ejecutores no aceptaron la derrota en pleito y ocasionan la tragedia
Después de una riña, bajo los efectos del alcohol, dos hermanos asesinan brutalmente a un par de sujetos, a uno le dieron el tiro de gracia y posteriormente lo azotan con una piedra de 40 kilogramos en la cabeza, al otro, sin utilizar arma de fuego, le desfiguran el rostro con la misma roca, informó la Procuraduría General de Justicia del Estado de Durango.
De acuerdo al reporte de la Policía Ministerial, destacamentada en El Mezquital, los hechos se suscitan en la comunidad de Charcos, del mismo municipio, luego de haber ingerido bebidas embriagantes durante varias horas.
Hasta el momento se desconocen los motivos que tuvieron Edgar Francisco y José Antonio Soto Reyes, de 22 y 24 años, respectivamente, para dar una violenta muerte a sus rivales en el pleito, pues la averiguación apenas se está integrando por el Ministerio Público.
Los asesinos, quienes tienen su domicilio en la comunidad donde cometieron el homicidio fueron detenidos en El Mezquital, cuando intentaban esconderse y esperar a que pasara el escándalo para darse a la fuga.
Marcelino Flores Soto, de 25 años y Regino Soto Gurrola de 27, fueron los ultimados, el primero tenía su domicilio en la vecina comunidad de Cerro Verde y su compañero en La Ventana, del municipio mencionado.
Según los resultados de la reconstrucción de los hechos, el pleito se suscitó en las cercanías del poblado Charcos, donde se agarraron a golpes los hermanos con los hoy occisos y al verse derrotados los consanguíneos, Edgar sacó su arma, de calibre .9 milímetros y de un certero balazo en la parte frontal, línea media, dejó sin vida instantáneamente a Marcelo.
Sin embargo, tanto era el coraje de los originarios de Charcos, que aún después de muerto, cargaron una piedra de aproximadamente 40 kilogramos y la arrojaron sobre su cabeza.
Posteriormente, los asesinos se fueron contra Regino, lo golpearon hasta dejarlo casi inconsciente, acto seguido, con la misma piedra, le destrozaron el rostro y a parte se la dejaron caer sobre el pecho, logrando que pereciera en ese mismo momento.
Los hechos ocurrieron el sábado por la noche, a las 22:00 horas aproximadamente, sin embargo, aunque fueron varios los testigos de este suceso, temieron a ser agredidos por los asesinos y guardaron silencio, pues es conocido por todos los vecinos de esa localidad que los hermanos homicidas siempre han hecho de las suyas y nadie los ha enfrentado, prácticamente, ellos eran la ley de Charcos.
No fue hasta la mañana del domingo cuando las autoridades comunales, al percatarse de los cuerpos sin vida, dieron parte a la Policía Ministerial, para que se hiciera cargo de la situación.
Un trabajo difícil para los agentes de investigación, pues, los temerosos vecinos no cooperaron para delatar a los autores del doble homicidio, sin embargo, la averiguación fue tomando forma al encontrar ciertos indicios que señalaban a los ?Soto Reyes?, como responsables del acto.
La búsqueda se dio de inmediato, logrando dar con algunos testigos que los vieron en El Mezquital, por lo que fueron capturados en el intento de fugarse de la autoridad.
Al momento de su detención, los ejecutores negaron su culpabilidad y aunque ya no tenían el arma en su poder, en su ropa todavía encontraron las manchas de sangre de los finados, no teniendo más remedio que declarar su responsabilidad del delito.
Difiere el Semefo
El domingo pasado fueron realizadas dos autopsias a cargo del Servicio Médico Forense, donde se efectuaron estudios a un par de personas asesinadas en el poblado Charcos, del municipio El Mezquital, Durango.
De acuerdo a los resultados de la necropcia de ley, la causa de la muerte de uno de ellos, Marcelo Flores Soto, no fue a raíz de un balazo, como se había informado, y la de Regino Soto Gurrola, fue asfixia por estrangulamiento, después de recibir un disparo en el hombro derecho.
Marcelo, falleció por un traumatismo craneoencefálico severo, que le produjo hemorragia y laceración cerebral, causada por un golpe contuso, y aun que si se le detectó que había recibido un disparo con arma de fuego, este no fue letal.
A Regino se le apreció una herida de proyectil disparado por arma de fuego en el hombro derecho, pero la causa de su deceso, fue anoxia por estrangulación, detectándole excoriaciones en las caras laterales del cuello, producidas por las manos de los ejecutores.
En el reporte proporcionado por el doctor Guillermo Pacheco Rodríguez, coordinador del Semefo, Marcelo presentó perdida de tejido blando y óseo, a nivel facial frontal y parieto temporal izquierdo, mientras que a Regino, se le apreciaron excoriaciones, heridas contusas y una herida de arma de fuego.