Busca la policía a cinco reclusos que lograron escapar durante el siniestro.
EL PAÍS
ÁMSTERDAM, HOLANDA.- Once personas fallecieron la madrugada de ayer jueves y otras 15 resultaron heridas al incendiarse el centro penitenciario adscrito al aeropuerto de Ámsterdam-Schiplhol donde permanecían recluidas.
Las víctimas eran inmigrantes sin papeles en espera de ser repatriadas a sus países de origen y ocupaban una de las alas de un recinto abierto en 2002, con capacidad para 400 presos. Según varios detenidos, los guardianes no atendieron a tiempo sus peticiones de auxilio. Las autoridades, por el contrario, aseguran que se actuó con prontitud. Cinco reclusos escaparon y son buscados por la Policía.
Es la tercera vez que esta prisión sufre un incendio y los bomberos habían pedido en 2003 la mejora de las condiciones de seguridad. Poco antes de su apertura, hubo un fallo en el sistema de calefacción eléctrica. El Instituto para la Lucha Contra los Incendios aconsejó proteger las celdas contra el fuego (deben resistir media hora para facilitar una evacuación).
Según el servicio de extinción de incendios, dichas recomendaciones fueron atendidas. En estos momentos, hay dos investigaciones en curso. La Fiscalía lleva la primera, destinada a aclarar las causas del fuego. La otra corre a cargo del Consejo Holandés para la Seguridad, organismo independiente. Con esta última, el Ayuntamiento de Haarlemermeer, distrito al que pertenece el aeropuerto, pretende saber si la concesión de la licencia de obras estaba en regla, el estado de los materiales utilizados en las mismas y las condiciones de seguridad.
También se espera averiguar si la actuación de las autoridades en el socorro a los detenidos fue apropiada. Uno de ellos declaró a la televisión pública holandesa que la ayuda llegó tarde. ?No abrían las puertas. Nos dejaron encerrados y nos quemaba la garganta y gritábamos y pateábamos?, dijo.
De momento lo único probado es que el fuego se declaró pasada la medianoche y no pudo sofocarse hasta tres horas después. Según el Consejo Holandés para los Refugiados, la calidad del recinto deja mucho que desear. ?Los vestíbulos son estrechos y no hay un sistema central de apertura y cierre de las celdas?.
Este extremo provocó escenas de pánico entre los detenidos cuando alertaron a los celadores que había fuego. En el ala siniestrada había 43 personas repartidas en 24 celdas dobles. Martin Bruinsma, portavoz de la Fiscalía, aseguró que los servicios de urgencia actuaron ?muy deprisa?. Aunque admitió que las celdas no estaban diseñadas para abrirlas de forma automática y simultánea. Los reclusos fueron llevados al patio, rodeado por una valla de tres metros de altura coronada por alambradas. Luego serían trasladados a otras cárceles nacionales. Mientras, un helicóptero policial buscaba a cinco fugitivos. En el momento del incendio, había 350 internos.