Buenos Aires, (EFE).- Marcos García, un argentino de 31 años, vive desde pequeño una verdadera pesadilla ya que, aunque goza de buena salud, aparece como muerto en los registros oficiales desde los seis días de vida.
"Soy un muerto que camina", se lamentó García, quien entregó recientemente una carta para pedir ayuda al presidente argentino, Néstor Kirchner, durante una visita oficial del mandatario a la provincia de La Pampa, donde reside el hombre.
García no puede obtener empleo, casarse, no posee documentos y ni siquiera logró que sus hijas tuvieran su apellido, ya que en el Registro Nacional de las Personas aparece como muerto por enfermedad desde el 14 de junio de 1973, cuando apenas tenía seis días.
"Señor presidente, soy un muerto que camina. Ayúdeme", indica la carta entregada al mandatario el pasado martes y publicada hoy por medios locales.
García se enteró de su problema cuando tenía 15 años y quiso ir a renovar sus documentos, trámite que le impidieron realizar por el estado en el que está registrado.
Marcos Flavio García nació el 8 de junio de 1973 en una clínica de la provincia argentina de San Juan, pero seis días después, el 14 de junio, fue emitida un acta de defunción por su "muerte por enfermedad", la cual lleva una firma atribuida a su padre.
A comienzos de la década del 90, autoridades del Registro de las Personas iniciaron gestiones para resolver la situación, pero las acciones no prosperaron.
"Me dijeron que para anular el acta de defunción iban a hacerle un peritaje caligráfico a mi papá, y determinar que él no la había firmado, pero el estudio se fue postergando hasta que, en 1995, mi papá falleció", se lamentó.
Desde entonces sus reclamos no han tenido respuestas, por lo que espera una solución del presidente argentino, que prometió ayudarlo.
Durante sus primeros años de vida, cuando todavía vivía en San Juan, el hombre pudo llevar una vida normal, pero los problemas comenzaron después de que se mudó a La Pampa, cuando quiso renovar la documentación.
"Podría hacer cualquier barbaridad, delinquir, matar a alguien tal vez, y no podrían ni juzgarme. Si no existo, nadie puede acusarme de nada", señaló García.