Ayer fue el Día de la Mujer, una celebración que año con año toma mayor fuerza y proyección a nivel internacional.
Lamentablemente en este día son más las protestas y demandas por los abusos que los aplausos por los avances.
La mujer en lo general ha sido objeto de discriminación, marginación y en muchos casos de vejaciones graves en sus derechos como persona y ser humano.
Pero es muy cierto que la transformación de la mujer en la sociedad moderna, especialmente en los países desarrollados, ha sido impresionante.
Pienso que el día que no exista celebración del Día de la Mujer, ese día podremos decir que se alcanzó la igualdad, el respeto y la convivencia armónica entre ambos sexos.
Pero quizás transcurran varios años y hasta décadas para que esto suceda, especialmente en los países subdesarrollados y naciones muy religiosas en donde la mujer se le considera prácticamente ‘un cero a la izquierda’.
Hoy me gustaría hablar de las conquistas logradas por nuestras mujeres tanto en México como en Estados Unidos, en donde los avances del otrora sexo débil son por demás encomiables.
Les aclaro a mis dos amables lectores que no estoy de acuerdo con el feminismo a ultranza y que en mi opinión la profesión más maravillosa de la mujer es la maternidad, pero los tiempos han cambiado y hoy en día la presencia femenina en los negocios, el deporte, la comunicación, entre otras muchas áreas profesionales, es vital y muy necesaria.
En México el rol de la mujer dio su primer giro en la década de los 20 y 30 del siglo XX con la revolución educativa de José Vasconcelos.
La mujer mexicana salió del hogar para convertirse en maestra y pieza clave para la enseñanza. Curiosamente fue hasta los años 50 cuando se autorizó a la mujer ejercer su derecho al voto.
La liberación femenina en las empresas ocurre entre los setenta y ochenta. Recuerdo que en 1979 en un diario de la Ciudad de México donde trabajé había sólo dos reporteras mujeres contra más de 20 hombres. Y sufrían las de Caín para que sus notas alcanzaran la primera plana y era todo un milagro cuando ganaban las ocho columnas.
Diez años después el cambio en los medios de comunicación fue dramático. Hoy en día en cualquier redacción predominan las mujeres y no se diga en las agencias de publicidad o en las estaciones de radio y televisión.
En México todavía existen lugares exclusivos para los hombres, por ejemplo en los deportes profesionales, la industria pesada, la minería, la construcción, la pesca, entre otras áreas.
No obstante no existe ninguna barrera ni discriminación para que las mujeres estudien cualesquier carrera y para que se desarrollen en su profesión sin importar su condición social e incluso el número de hijos.
Conozco a un matrimonio mexicano que acordó cambiar los roles tradicionales. Ella es una abogada con una brillante carrera en el Poder Judicial. Él se dedica a cuidar a los hijos y a atender la casa, incluyendo la limpieza, cocina y el lavado de la ropa.
En Estados Unidos supe de una alta ejecutiva de una cadena televisiva que ha tenido un éxito profesional impresionante gracias a que su esposo estuvo de acuerdo en retirarse de su trabajo para cuidar a sus dos niñas.
No estoy seguro si estos ejemplos sean a la larga positivos, pero lo cierto es que la mujer ya no tiene barreras y está llegando tan lejos como se lo propone.
Sólo me preocupa cuando algunas feministas exageran los roles de la mujer en el sentido de querer dominar el mundo y de considerar al hombre como un enemigo y no un compañero.
Felicidades a todas las mujeres, especialmente a las nuestras de origen latino que han logrado combinar exitosamente la maternidad con su trabajo profesional.
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