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Mundo inmundo

Javier Fuentes de la Peña

?Cada noche me acuesto con cinco o seis hombres. Mis padres están en Moldavia y piensan que aquí trabajo como camarera?. Carmen es una chica de 18 años que, huyendo de la pobreza de su país, viajó a Italia bajo la promesa de un ?head hunter? de encontrarle trabajo en un hotel. Sin embargo, todo fue distinto. Al llegar a Roma un hombre la recogió en el aeropuerto y después de saludarla amablemente, le amarró las manos, le vendó los ojos y la obligó a que se recostara en el piso de la parte trasera del vehículo.

?Tenía miedo -dice Carmen-. No sabía a dónde me llevaba. Varias horas más tarde, aquel hombre me sacó del coche, me quitó el pasaporte y me llevó a un bar donde había muchos hombres y otras mujeres casi desnudas. Me dijeron que me quitara la ropa. Todo el mundo me miraba. Yo tenía demasiado miedo para decir que no, pues ya me habían advertido que si no me portaba bien algo podría pasarle a mis familiares. No comprendía nada. No sabía dónde estaba ni qué estaba pasando?.

La realidad es que Carmen había sido comprada por un miembro de la mafia de tráfico de mujeres. Su dueño había pagado por ella mil 500 dólares, dinero que le permitía hacer lo que se le antojaba con su nueva adquisición. En un principio Carmen intentó revelarse y huir de ese mundo, pero el hombre la descubrió y por poco la mata a golpes.

Carmen no es la única mujer que vive en esta triste situación. Estudios de la Comisión Europea revelan que, sólo en Bosnia-Herzegovina, hay más de 15 mil mujeres secuestradas trabajando como esclavas sexuales. Por otro lado, la Organización Internacional para las Migraciones asegura que cada año 500 mil mujeres de todo el mundo son ?importadas? y obligadas a prostituirse en Europa.

¿A esto se le puede llamar humanidad? ¿Acaso no se pensaba que la esclavitud había sido abolida? Por desgracia en este mundo sigue reinando la Ley del más fuerte. Como dice Sabines, el pez grande se come al chico, el hombre se come al hombre. Y esta arcaica Ley mantiene frescas a palabras como abuso, caciquismo, explotación, inhumanidad, esclavitud.

Estamos en el siglo XXI. ¿No se suponía que este siglo era el de los hombres civilizados? ¿No se supone que en estos tiempos se mantiene una batalla a favor de la dignidad de la persona? Ahora la esclavitud nos parece un fenómeno lejanísimo en el tiempo y en el espacio. Cuando se habla de este fenómeno social vienen a nuestra mente los negros de Estados Unidos que tuvieron que sublevarse para conseguir su libertad, o pensamos también en los tiempos de la Colonia. Pero es triste darnos cuenta que ahora, en el año 2005, la esclavitud sigue acompañando al ser humano.

En México el fenómeno de la esclavitud está más presente de lo que muchos imaginamos. En el país operan poderosas bandas de ?polleros? dedicadas a explotar a migrantes bajo la promesa de ayudarlos a ingresar a Estados Unidos.

Cuando nuestros paisanos cruzan la frontera, sufren el más cruel de los maltratos y de las discriminaciones. La falta de papeles, los obliga a vivir esclavizados a los abusos de quienes los emplean en sus ranchos.

Cada día, cientos de mexicanos arriesgan su vida con el anhelo de alcanzar esa fantasía llamada ?sueño americano?. Tan desesperante es su realidad, que se ven obligados a dejar a su familia, a sus amigos y a su tierra para buscar mejor suerte lejos de México.

¿Cuándo terminará este problema? ¿Cuándo podrá abolirse realmente la esclavitud? La respuesta es sencilla: cuando existan gobiernos justos y que, en lugar de fomentar que los más fuertes sigan reinando sobre los más débiles, comprenda realmente el significado de la palabra justicia, dignidad y humanidad.

javier_fuentes@hotmail.com

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