DEARBORN, Michigan, EU (AP).- A la sombra de los ataques terroristas en el mundo, un nuevo museo destaca los aportes y la vida de la comunidad árabe en Estados Unidos, un grupo con tanta diversidad como cualquier otro.
"Creemos que tenemos una historia que contar. Es la historia estadounidense", dijo Ismael Ahmed, que ayudó a lanzar el museo después de más de una década de planificación y recaudación de fondos.
Entre los mosaicos coloridos y exhibiciones interactivas se encuentran figuras y objetos de personajes como el actor Danny Thomas, el piloto automovilístico Bobby Rahal y la veterana corresponsal de la Casa Blanca Helen Thomas. Pero el Museo Nacional Arabe Americano es mucho más que unas pocas caras famosas.
"Creemos que todos verán reflejada su propia historia, ya sean de origen italiano o irlandés. Es la historia de los inmigrantes, y no la de los ricos y famosos", agregó Ahmed.
El museo de 3.575 metros cuadrados abrió en mayo y se cree que es el primer museo árabe estadounidense en Estados Unidos. Aunque los planes estaban bien en marcha antes del 11 de septiembre del 2001, Ahmed dijo que los temores y falsas impresiones causadas por los ataques terroristas en esa fecha dieron nuevo sentido al proyecto y adelantaron su fecha de inauguración.
No es de extrañar que Dearborn sea la sede del museo. El sudeste de Michigan tiene una comunidad árabe-estadounidense de unas 300.000 personas, y Dearborn es la capital extraoficial de esa comunidad en el país.
Muchos inmigrantes que se asentaron en Dearborn llegaron del Líbano para trabajar en las fábricas de Ford Motor Co. a principios del siglo XX. Desde entonces, la comunidad ha florecido con la apertura de panaderías, restaurantes, boutiques y agencias de viajes.
Situada frente a la alcaldía en el centro de la ciudad, la recepción del museo presenta arcos, columnas y mosaicos reminiscentes de la arquitectura de los países árabes.
"Esperamos que cuando los visitantes entren, sientan la hospitalidad del mundo árabe", dijo Anan Ameri, director del museo.
Los visitantes pueden observar el segundo y tercer pisos, decorados con azulejos de estilo marroquí, rematados en una cúpula islámica.
El interior de la cúpula está decorado con caligrafía que repite en árabe el nombre del museo.
El primer piso refleja las contribuciones de los árabes a través de la historia en religión, medicina, ciencia y arte, entre otros rubros. Un enorme mapa interactivo que cuelga de la escalera principal permite a los visitantes iluminar las diferentes naciones del mundo árabe. Y pulsando la pantalla de una computadora se pueden ver fotografías e informaciones sobre esos países.
En el segundo piso, la muestra refleja las oleadas de inmigraciones árabes, a partir del primer inmigrante árabe conocido, un esclavo cimarrón que en 1528 fue traído a Norteamérica desde lo que ahora es Marruecos, hasta los que emigraron después de la primera Guerra del Golfo.
También abarca una variedad de temas comunes, incluyendo la vida cotidiana en Estados Unidos, el servicio militar y el activismo político, a la vez que destaca a individuos y organizaciones que han tenido un impacto en este país.
Asimismo presenta donaciones de muchos prominentes árabe-estadounidenses, incluyendo un ejemplar firmado de la canción "A mi manera" de Paul Anka, una de las viejas máquinas de escribir de Helen Thomas, como también objetos del actor Jamie Farr, el anunciador radial Casey Kasem y de Rahal.
El museo ha atraído interés del exterior. Katar donó un millón de dólares, y Arabia Saudí y Dubai, de los Emiratos Arabes, medio millón cada uno, dijo Ahmed, director ejecutivo del Centro de la Comunidad Arabe para Servicios Económicos y Sociales.
También ha suscitado el interés de otros grupos culturales nacionales, especialmente el Museo Japonés Estadounidense de Los Angeles, que consultó sobre el proyecto árabe desde poco después que se anunciaron los planes de este último.
Irene Hirano, presidenta y directora general del Museo Japonés Estadounidense, dijo que ha habido una tendencia nacional en los últimos veinte años a inaugurar museos culturalmente específicos, parcialmente debido a que los grupos en cuestión sentían que no estaban representados adecuadamente en los museos generales.
"Creo que lamentablemente la historia e informaciones en las escuelas y otras instituciones no siempre incluyen la diversidad de experiencias", dijo. "Sabemos muy poco de la experiencia árabe-estadounidense en Estados Unidos, y creo que esto suministra importantes recursos en cuanto a lo que ha sido dicha experiencia y nos permite compartirla con los maestros".