EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- El ecologista, Rodrigo Martínez Rangel, coincide con la titular de Ecología Municipal de la vecina ciudad de Gómez Palacio, al decir que el lecho seco del río Nazas finalmente es ?tierra de nadie?, porque ninguno de los tres niveles de Gobierno asume su responsabilidad.
Pese a que las autoridades no ignoran la problemática, no ha habido ninguna acción encaminada a su preservación, aunque existe la Ley del Equilibrio Ecológico y la Protección al Medio Ambiente que indica que puede propiciarse una coordinación entre Municipio, Estado y Federación para mejorar el ecosistema y que en su opinión ?es letra muerta?.
A pocos meses de que la zona fue objeto de una limpieza con motivo del concierto de Luis Cobos, nuevamente la mano del hombre volvió a ensuciarlo. La presencia de todo tipo de desechos y hasta neumáticos se logra apreciar.
Para Martínez Rangel, es tiempo que los tres niveles de Gobierno actúen en consecuencia, pues no existe un papel legal que cite los mecanismos propicios establecidos por ellos, para frenar el daño al lugar.
?Es tiempo de obligar a las autoridades federales, estatales y municipales para que cumplan con la Ley de Equilibrio Ecológico y la Protección al Medio Ambiente de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semanart), porque en ese sentido se está infringiendo, pero que ellos mismos están haciendo caso omiso?, manifestó.
Precisa que las diferentes ideologías de los gobiernos de los municipios que conforman la Comarca Lagunera no deben influir en los acuerdos que habrán de tomarse a favor del ambiente ecológico, ?porque insisto, no es posible que las mismas autoridades de los tres niveles estén quebrantando la Ley al no aplicarla...?.
Una vergüenza.
Para el ambientalista, Francisco Valdez Perezgazga, es una vergüenza lo que la ciudadanía hace al ensuciar el lecho seco del río Nazas. Esa acción la califica incluso, como ?maldad?, por parte de las personas que se atreven a dejar todo tipo de desechos en esta zona.
Dice que la actitud de la autoridad al desentenderse de esta problemática es digna de pena, cuando en una coordinación sencilla pudieran establecerse los mecanismos para salvar el problema de jurisdicción que al parecer obstaculizan a los gobiernos a actuar para preservar el lugar.
Por tal motivo, dijo que urge que la Comisión Nacional del Agua proceda para impedir que la mano del hombre continúe haciéndole daño.