Habitantes del ejido Virginias, tienen que inahalar humo tóxico.
EL SIGLO DE TORREÓN
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- Hasta el momento nadie ha puesto fin al problema de las quemas constantes en el basurero municipal, situación que tiene muy molestos a los lugareños debido al pestilente y tóxico humo que se ven obligados a inhalar.
El basurero municipal se encuentra ubicado a menos de 300 metros del ejido Virginias, sin embargo no sólo los habitantes de esta comunidad son los únicos que se ven afectados, pues quienes tienen su domicilio en ejidos aledaños como Hidalgo y Las Vegas también tienen que lidiar con este problema.
En el lugar se puede ver todo tipo de basura orgánica e inorgánica regada por doquier sin ninguna medida sanitaria. Muebles viejos, bolsas con vísceras, papeles, cartón, ropa y una que otra bolsa con desechos hospitalarios se encuentran a la intemperie, provocando un verdadero foco de infección.
A un lado de un pequeño canal y en medio de lo que parece ser una zanja, el basurero permanece lejano a la vista de los conductores y transeúntes que pasan por la carretera que va de este municipio al ejido Finisterre. El lugar permanece oculto entre las ramas de los matorrales.
En medio del terregal y bajando por un lado de la carretera se encuentra un camino cuyas únicas indicaciones sobre el rumbo hacia donde queda el tiradero son las huellas de las llantas de los camiones de carga pesada y de las patrullas que circulan por ahí.
Tanto de día como de noche los vecinos de dichas comunidades tienen que soportar el sofocante humo del tiradero de basura que a todas horas es quemada por todo lo largo y ancho de la aproximadamente media hectárea que es lo que mide el basurero.
“Quisiéramos que las autoridades se dieran una vuelta para que vean cómo tenemos que vivir y lo que a diario tenemos que respirar, al grado de que en ocasiones ya ni queremos estar en nuestras casas”, dice Saulo Guerrero, uno de los más de tres mil habitantes del ejido Virginias.
Otro de los quejosos, Juan Morales, dice que nadie se hace responsable por las medidas que se llevan a cabo en el tiradero y que la contaminación es tal, que todo el tiempo parece que hay neblina. “Lo que pasa es que nadie nos da respuesta, nomás se pasan la bolita”, afirma el señor Morales.
Las llamas de la quemazón de basura son visibles a toda hora, sin embargo, es durante la noche cuando los vecinos se quejan de que el humo no los deja respirar y que incluso temen que sea dañino. “En la noche se ven las llamas, todo eso es puro veneno porque no entierran la basura y siempre andan dos personas que son trabajadores del Municipio quemando la basura”, señala Saulo.
Antecedentes
Al parecer el mismo problema se presentó en el ejido Lequeitio, que es donde anteriormente se encontraba el tiradero y que debido a las protestas de los habitantes de dicho lugar el basurero fue cambiado a donde se encuentra actualmente que es en el ejido Virginias.
Según los quejosos de esta última comunidad, lo único que hicieron las autoridades fue cambiar el problema de un lado para otro sin que realmente alguien le dé solución. En el caso de Lequeitio, es uno de los ejidos que dentro de unos años podría convertirse en una congregación debido a la cantidad de habitantes que tiene y que al parecer son los que ejercieron presión para que el tiradero les fuera retirado.
