AGENCIAS
LONDRES, INGLATERRA.- La Unión Europea (UE) abrió las negociaciones de adhesión con Turquía, en una prueba manifiesta de su voluntad de convertirse en una potencia global, a pesar de la ?fatiga de la ampliación? que empiezan a acusar sus ciudadanos.
La posibilidad de que Turquía ingrese a la UE está poniendo a prueba a cada una de las estructuras que enlazan al bloque, aventando temas religiosos, económicos y de seguridad que será difícil de limar durante los diez años o más que duren las negociaciones.
Los diálogos sobre si debería aceptarse que Turquía, un país pobre de mayoría musulmana, de 70 millones de habitantes, forme parte de la familia de la UE han llevado a repensar lo que significa ser europeo.
El presidente francés Jacques Chirac incluso dijo ayer que para que Turquía pueda ser miembro de la UE, deberá realizar una ?importante revolución cultural?.
Pero otros prominentes funcionarios europeos señalaron las oportunidades que podrían surgir al acoger a una nación que muchos consideran como un puente clave entre oriente y occidente.
?Es un paso histórico el que ha dado Europa hoy (ayer)?, declaró el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania Joschka Fischer, después que Austria cedió con su plan de ofrecerle a Turquía una participación limitada en el bloque. ?Es una inmensa oportunidad para ambas partes?.
Pero otros temen el efecto que pueda tener en una ya elevada tasa de desempleo europeo.
Sin embargo, los temas económicos no son la única preocupación.
Fadi Hakura, especialista en Turquía del Chatham House, un centro de investigación londinense, dijo que los argumentos contra ese país, siempre vuelven al tema religioso.
?El temor es que los musulmanes y los turcos en especial, debido a motivos de religión y cultura, no puedan integrarse completamente a la cultura europea?, manifestó.
Se asegura además que no se espera que Turquía sea parte del bloque al menos hasta dentro de diez años.