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Ni vencedores ni vencidos/Addenda

Germán Froto y Madariaga

No puedo negar que me sorprendieron las declaraciones del presidente Vicente Fox, de Andrés Manuel López Obrador y del ahora ex procurador Rafael Macedo de la Concha.

Primero, porque el tono y contenido de la comunicación que leyó López Obrador en su rueda de prensa mañanera, fue mesurado y conciliador, cosa inusual en él.

Segundo, porque otro tanto sucedió con lo dicho por el Presidente en la tarde del jueves, pues además de evidenciar de palabra que el Ejecutivo a su cargo está dispuesto a buscar una salida al problema político que se vive, anuncia que también lo hará en los hechos, al proponer en corto plazo una reforma a la Constitución General para evitar que se prive de los derechos políticos a los ciudadanos procesados, en tanto no exista una sentencia firme, con lo cual se ajustaría el texto fundamental a los principios internacionales ya reconocidos por México, como lo es el de inocencia.

Tercero, porque Macedo de la Concha hizo su parte para allanar el camino para un acuerdo al anunciar que se retira de la Procuraduría para dejar al Presidente en libertad para tomar “las decisiones que como Jefe del Estado mexicano le corresponden”, y de esa forma demostró su lealtad y respeto hacia Vicente Fox, como presidente de la República.

Estas tres declaraciones están, como es obvio, íntimamente relacionadas con la actual crisis política que vivimos y a mi juicio, apuntan para una solución de fondo que es reclamada con urgencia por los grupos sociales más representativos del país.

Es por eso que considero importante puntualizar la necesidad de que todos y de manera especial los medios de comunicación, alentemos y apuntalemos con nuestros comentarios la realización de ese acuerdo entre el Gobierno del Distrito Federal y el Federal, evitando las críticas ácidas, negativas o destructivas que, aunque parezca exagerado, podrían llevar a que las partes en conflicto reasuman sus posiciones beligerantes.

Estoy seguro que no faltarán los puristas del derecho que sostengan que con cualquier acuerdo que le dé una salida negociada al conflicto se estará violando la Ley.

O que con un acuerdo de esa naturaleza López Obrador se habrá salido con la suya y derrotado a Fox.

O que el Presidente le está allanando el camino hacia Los Pinos y que de aquí pa´l real nada ni nadie va a parar a Andrés Manuel en su obcecada ambición de ser el próximo hombre que porte la banda presidencial.

A ese respecto considero pertinente recordar, en primer término, una frase que don Jesús Reyes Heroles (el viejo) solía repetir cuando advertía que el texto legal era un obstáculo para alcanzar una solución política a un conflicto social. El veracruzano decía entonces: “hay que darle vacaciones a la Ley”.

Cuando los puristas del derecho se empecinan en no quitar los ojos de las normas jurídicas y no levantar la vista dejan de ver las condiciones sociales y políticas que suelen rodear este tipo de conflictos, éstos se empantanan o exacerban y acaban por romper violentamente el orden jurídico.

De esa manera, por empeñarse en que prevalezca estrictamente la Ley, quienes así actúan, terminan por provocar la ruptura del Estado de Derecho, que no está reñido con la política sino que son complementarios.

Por otra parte, en el caso comentado no se debe hablar de vencedores ni vencidos. Porque con la solución hacia la que se apunta, todos salen ganando al evitar que este conflicto (que tiene más de un año) se prolongue hasta desembocar en una confrontación social descontrolada que sólo pueda sofocarse con un baño de sangre. Y de eso, nuestro pueblo ya ha tenido bastante.

Tampoco se puede decir que al llegar a un acuerdo López Obrador se está saliendo con la suya, pues él mismo ha tenido que cambiar el tono de su discurso y asumir una posición mesurada y respetuosa. Toda negociación entraña el principio de: te doy para que me des.

¿Que Fox le está allanando el camino a la Presidencia a Andrés Manuel? Esta afirmación es de un total relativismo. Porque de aquí a 2006 falta más de un año y nadie puede saber qué sucederá en ese tiempo; contra quiénes competirá éste; qué tipo de campañas desarrollarán los candidatos; qué errores se cometerán; y cómo se comportará el electorado en las urnas el próximo año.

Quienes realmente amamos este país, estamos obligados a alentar y apoyar cualquier acuerdo gubernamental que tienda a restablecer la calma en la República.

Como también debemos impulsar la construcción de un gran acuerdo nacional en el que las principales fuerzas políticas y sociales lleguen a un consenso sobre los principales temas generales que deben ser atendidos y solucionados para que el país tenga un rumbo claro y un desarrollo sostenido.

Por encima de todo y de todos, debe estar el interés fundamental de la República. Y eso, no debemos perderlo de vista jamás.

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