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Niega Bush racismo contra damnificados

Dice el mandatario que no tiene sentido decir que no se respondió a la catástrofe con medios suficientes.

Nueva Orleans (EU), (EFE).- El presidente de EU, George W. Bush, rechazó hoy las críticas a su respuesta al huracán Katrina, que ya ha dejado 505 muertes en el país, y dijo que ahora hay que centrarse en la recuperación de la zona a largo plazo.

Los equipos de rescate recuperaron hoy 45 cadáveres en el hospital del Centro Médico Memorial de Nueva Orleans, que había sido evacuado tras el paso del huracán "Katrina" por la ciudad.

Fuentes del Departamento de Salud del estado de Luisiana precisaron que los cadáveres se hallaron el domingo y que todos ellos corresponden a pacientes de ese centro médico que quedó totalmente inundado.

De esta forma, el número de víctimas mortales en el estado de Luisiana asciende ya a 279, según las fuentes citadas por el diario de Nueva Orleans "The Times-Picayune".

A ellos hay que sumar los 211 muertos confirmados en el estado de Mississippi, los once de Florida y los dos de Alabama y Georgia, respectivamente, con lo que la cifra de víctimas total se eleva a 505.

Desde el centro de Nueva Orleans, donde por primera vez recorrió los barrios más dañados por el huracán, el presidente Bush subrayó que "hay una recuperación en marcha y se están haciendo progresos pero todavía queda mucho trabajo por hacer".

Bush zanjó las críticas de quienes le acusan de haber actuado tarde y mal porque la mayoría de los afectados eran negros y pobres, al asegurar que son acusaciones totalmente "absurdas".

"El huracán no discriminó, como tampoco habrá discriminación en los esfuerzos de recuperación", según el presidente, quien reiteró que la reconstrucción de la zona será total.

Cuando los helicópteros de la Guardia Costera llegaron al lugar del suceso y comenzaron a rescatar supervivientes, "no miraron el color de la piel de las personas" porque "querían salvar vidas", dijo.

Tampoco tiene sentido decir que no se respondió a la catástrofe con medios suficientes debido al amplio despliegue militar de EU en Irak porque, según él, "tenemos muchas tropas para hacer ambas cosas".

El presidente dijo que ahora es el momento de pensar en la reconstrucción de la zona a largo plazo pero eso no significa, puntualizó, que no haya que hacer examen de conciencia y averiguar lo que funcionó y lo que no.

"Quiero saber exactamente qué pasó y cómo pasó", añadió, y "habrá mucho tiempo para buscar culpables".

En su opinión, es el Congreso el que debería examinar esta cuestión y reflexionar de cara al futuro sobre las competencias del Gobierno federal para actuar ante un desastre de este tipo sin necesidad de que se lo pidan los estados.

Ahora hay que seguir adelante y comenzar a diseñar el proyecto de reconstrucción de Nueva Orleans, algo que, según dijo Bush, deberían hacer los ciudadanos y las autoridades de la ciudad y del estado de Luisiana con la ayuda del Gobierno federal.

Bush ha supervisado personalmente la evolución de los trabajos sobre el terreno, en la que ya es su tercera visita a la zona desde que Katrina se abatió sobre las costas estadounidenses del golfo de México el pasado 29 de agosto.

Acompañado en todo momento por el alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, y la gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, Bush fue informado también por el vicealmirante de la Guardia Costera, Thad Allen, el nuevo responsable del Gobierno federal de las operaciones de recuperación.

Allen sustituyó el pasado viernes al hasta entonces director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), Michael Brown, destituido y enviado de vuelta a Washington por el aluvión de quejas y críticas a su trabajo.

Desde Washington, se informó de que Brown dimitió hoy tras haber sido relevado de la dirección de las operaciones que llevaba a cabo en la zona devastada por Katrina.

Brown, en principio, iba a continuar como director de FEMA en asuntos generales, con base en Washington.

Pero según distintos medios, Brown ha decidido dimitir por considerar que "es lo más conveniente para la Agencia y para el presidente" George W. Bush.

Muchas de las críticas sobre Brown recayeron directamente en el presidente, a juzgar por las últimas encuestas que indican que está en el nivel más bajo desde que asumió la presidencia del país.

El último de esos sondeos, publicado el pasado fin de semana por la revista "Newsweek", le otorga un apoyo popular del 38 por ciento, una cuota similar a la reflejada por otros sondeos realizados tras el paso de "Katrina" por el sur del país.

Pero además, según la encuesta de "Newsweek", más de la mitad de los estadounidenses -un 52 por ciento-, dice que no se fía de que el presidente adopte las decisiones adecuadas en una crisis nacional.

A Bush parecen no importarle demasiado estos resultados ya que, tal y como dijo hoy: "no tomo decisiones en función de las encuestas". "Ese ha sido mi estilo desde que soy presidente", agregó.

Bush en Nueva Orleans

El presidente George W. Bush recorrió el lunes algunas de las zonas devastadas por el huracán Katrina, reuniéndose con funcionarios locales y asintiendo con la cabeza en aparente señal de satisfacción por los planes en marcha.

Bush, en una gira de dos días por las zonas afectadas por el Katrina, comenzó la jornada recibiendo un informe sobre la respuesta del Gobierno Federal a bordo del buque de la armada Iwo Jima, centro de comando para operativos militares. La presentación, en base a diapositivas, que cubrió los últimos esfuerzos de ayuda en tres estados, fue realizada por el vicealmirante de la guardia costera Thad Allen, que reemplazó el viernes pasado en las labores al acosado director de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias, Michael Brown.

Bush estuvo sentado entre el alcalde de Nueva Orleans Mayor Ray Nagin y la gobernadora de Luisiana Kathleen Blanco, que criticaron la respuesta del Gobierno Federal tras el paso del Katrina. El presidente, que no ha dicho una palabra en público desde su llegada a la región el domingo en la tarde, permaneció silencioso durante el breve período en el cual se permitió a los reporteros presenciar la disertación de Allen.

Pero el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Andrew Card, dijo que Bush tenía "gran confianza" en el equipo que está ahora liderando las tareas a nivel federal.

En las próximas horas Bush se dispone a examinar las dañadas e inundadas zonas de Nueva Orleans desde una caravana de vehículos militares. Y más tarde, piensa hacer una gira por los sitios más afectados en helicóptero. Una vez descienda del aparato, Bush se reunirá con líderes locales. Posteriormente, viajará a Gulfport, Mississippi, otra zona afectada.

Es la primera vez que Bush examina con detalle el área desde que el huracán se estrelló contra la costa del golfo de México hace dos semanas y devastó Nueva Orleans. La semana pasada hizo una visita por tierra al estado de Mississippi, y al aeropuerto de Nueva Orleáns. Previamente, hizo dos inspecciones desde el aire.

Luego de llegar a Nueva Orleáns el domingo, Bush viajó hacia la "Ciudad de las Carpas", el campo universitario en el Colegio Nuestra Señora de la Santa Cruz, donde se han emplazado centenares de bomberos de todo el país.

Es el tercer y más prolongado viaje de Bush a la zona de desastre, tras recibir fuertes críticas de medios de prensa y de sectores de la oposición. En una encuesta realizada la semana pasada por The Associated Press e Ipsos, más de la mitad de los entrevistados expresaron que el Gobierno no había actuado con celeridad para ayudar a las víctimas.

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