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México, df.- Ciento nueve niños con discapacidad buscan familia. Fueron abandonados o separados de sus padres biológicos y están a disposición del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) para ser adoptados, pero pocos son los que han encontrado un hogar.
En los últimos dos años sólo cuatro niños fueron adoptados. Rebeca aún no cumplía el año de edad cuando fue abandonada. Creció en una casa cuna del DIF. Durante sus primeros tres años su desarrollo fue normal hasta que el personal que se hacía cargo de ella notó un lento aprendizaje del habla.
Respondía a todos los estímulos: volteaba a ver a la persona que la llamaba por su nombre y miraba con atención la televisión pero nunca respondió con palabras. Después de una serie de estudios clínicos, los médicos determinaron que Rebeca padecía hipocusia profunda, es decir, sordera total.
Para que pudiera escuchar necesitaba una operación, cuyo costo era, hace seis años, de 350 mil pesos, recursos de los que el DIF no disponía.
El personal de la casa cuna de Coyoacán la ofreció en adopción como lo hacen con cualquier otro niño o niña que ahí albergan pero, como sucede en la mayoría de los casos, los padres deseosos de adoptar buscan a niños sanos.
Como un milagro, cuando Rebeca cumplió cuatro años, una pareja estadounidense acudió a esta casa cuna para solicitar su adopción.
Se trataba de una pareja que ya tenía una hija pero que no podía engendrar más. El padre es pastor de la Iglesia Anglicana y ambos buscaron al hijo adoptivo idóneo a través de la Agencia Cristiana Mundial. Lo encontraron en México.
El Consejo Técnico que aprueba las adopciones accedió y ahora Rebeca vive en Carolina del Norte, en Estados Unidos. Según el seguimiento que ha hecho el DIF sobre esta adopción -como lo hace con el resto- Rebeca está en el hogar indicado y con los padres correctos.
Ambos pagaron una cirugía para colocarle un implante coclear que le ha permitido escuchar y, aunque acude a una escuela especial debido a su retraso en el aprendizaje provocado por la sordera- es una niña feliz, dice el reporte.
Diana de Jesús Pacheco, jefa de asistencia jurídica a Centros Asistenciales del DIF, informó que para adoptar a un niño con discapacidad no se piden requisitos especiales.
Pese a ello, señaló que en México hay una escasa cultura de la adopción de niños con discapacidad.
“Pedimos los mismos requisitos en todos los casos y en todos ellos nos preocupamos porque los futuros padres realmente estén deseosos de serlo y tengan los recursos necesarios para hacerse cargo de la crianza y cuidado de los niños. La única diferencia es que un niño con discapacidad requiere una mayor atención”, comentó la funcionaria.
Indicó que por lo regular los niños con discapacidad son abandonados recién nacidos, por lo que descartó que esa condición especial de los menores sea el motivo para que los padres de familia los dejen a su suerte.
Tampoco, señaló, se ha dado el hecho de que los padres adoptivos de un menor con discapacidad se arrepientan y lo regresen a la institución.
“Eso no ocurre porque la adopción es plena y en caso de abandono, se les denuncia. Por eso es que el procedimiento de adopción dura al menos tres meses porque se trata de la vida de una persona menor de edad, de su proyecto de vida y porque siempre debemos velar por el interés superior del niño”, dijo Pacheco.