Toronto (Canadá), (EFE).- Una mujer de Vancouver apeló la decisión de una juez que determinó que su marido no cometió adulterio pues tuvo relaciones homosexuales y no con una mujer, por lo que no se puede alegar infidelidad como motivo de divorcio.
La decisión de la jueza Nicole Garson del Tribunal Supremo de Columbia Británica se basó en que la Ley de Divorcio canadiense no incluye en la definición de adulterio las relaciones homosexuales.
Para Shelly Pickering, de 44 años de edad y que tras 17 años de matrimonio descubrió en octubre de 2004 que su marido mantenía una aventura amorosa con otro hombre, la decisión de Garson significa la imposibilidad de obtener el divorcio en forma inmediata.
Aunque el marido de Pickering reconoció en una declaración jurada su aventura extramarital y no se opuso a la petición de divorcio presentada por su mujer, la jueza Garson señaló que no puede atender la petición a menos que la abogada de la mujer exponga las razones por las que la definición de adulterio debe ser modificada.
Para añadir más confusión al caso, en Canadá son legales los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Según la definición tradicional de adulterio heredada de la jurisprudencia británica, el adulterio se define por la relación sexual con "penetración" entre un hombre y una mujer que no están casados entre ellos pero que al menos uno de ellos si está casado con otra persona.
La abogada de Pickering, la activista feminista barbara findlay (que escribe su nombre con minúsculas) considera que la definición es discriminatoria contra las parejas homosexuales porque hace más difícil el divorcio frente a los requisitos de los matrimonios heterosexuales.
A pesar de la decisión de Garson sobre la base de la definición de adulterio, Pickering podrá obtener el divorcio un año después de la separación pero por ruptura del matrimonio. No por adulterio.
