Agencias
SAN SEBASTIÁN, ESPAÑA.- Los espectadores esperaban que Ricardo Darín los hiciera reír como en Nueve Reinas y El Hijo de la Novia, las películas que marcaron el inicio del ?boom? del cine argentino en España, pero lo que vieron ayer en la sección oficial del Festival de San Sebastián fue un filme oscuro y sombrío, carente absolutamente de humor.
El director argentino Fabián Bielinsky reconoció que El Aura es una ?película reactiva? de alguna manera a Nueve Reinas, su anterior trabajo, que tuvo un éxito arrollador y que incluso fue adaptado en Hollywood.
?No me arrepiento de Nueve Reinas, pero en pleno éxito de esa película tenía claro que quería explorar otros espacios. Fue una decisión absolutamente consciente?.
Darín, una de las presencias más esperadas en esta 53 edición del festival español, encarna en El Aura a un embalsamador de animales solitario y narcoléptico, que por casualidad tropieza con la posibilidad de llevar a cabo un robo perfecto a un casino.
La cinta, estrenada en Argentina el 15 de septiembre, está ambientada en la Patagonia, en un paisaje frío y hostil.
?Queríamos trabajar con una imagen que representara la atmósfera general de esta historia oscura sobre este personaje oscuro. Por eso en la fotografía casi no hay color?.
También la falta de humor se desprende del sombrío protagonista. ?Es el resultado natural de la evolución de la historia. Así como el humor surgió en Nueve Reinas sin que hubiera una propuesta inicial, la ausencia de humor aquí es una destilación natural del personaje.
Obviamente el humor es una conexión muy fuerte con la audiencia, pero traté de ser honesto conmigo mismo?.
A pesar del riesgo, la película fue recibida con aplausos, aunque muchos espectadores se preguntaban a la salida: ?¿De verdad es del director de Nueve Reinas??
Darín presentará además en los próximos días en San Sebastián el rodaje de La Educación de las Hadas, del español José Luis Cuerda, en el que compartirá cartel con la suiza Irene Jacob (Rojo y La Doble Vida de Verónica).
En ?El aura Darín da vida al personaje de Espinosa, un taxidermista parco, introvertido y honesto, que tiene una obsesión, planear e imaginar los atracos más perfectos.
Llevado a los lejanos bosques del sur, en la Patagonia, a compartir una jornada de caza, un trágico accidente lo conecta inesperadamente con la posibilidad de ejecutar un verdadero delito: el asalto a un camión blindado que lleva las ganancias de un casino de la zona.
La película, añadió Darín, trata de ?investigar y averiguar cómo vive la vida una persona epiléptica, encorsetada en una realidad, y cómo reacciona ante una situación extrema?.
Para el actor, Espinosa muestra una feliz contradicción: ?está en contra de la matanza de animales, pero al mismo tiempo se ve envuelto en una situación extraordinaria de violencia?.
El protagonista de El Hijo de la Novia remarcó que ?la violencia de El Aura no es glamorosa ni embellecida, porque el director no hace alarde de esos actos violentos, sino que la trata de manera seca, fría, impune, sin excesos de sangre?.
Con una presencia en escena absolutamente dominante, Darín sabe conducir a su personaje entre tensiones y unos silencios que, a su juicio, ?a veces comunican más que si Espinosa fuera una persona locuaz?.
Darín elogió el trabajo en esta película de Bielinsky, porque ?podía -indicó- haber aprovechado el modelo de éxito de Nueve Reinas y, sin embargo, prefirió asumir el riesgo de una estructura narrativa totalmente distinta?.
Después de su experiencia en el cine argentino, Darín participará en los próximos meses en una película española, La Educación de las Hadas, que supone la vuelta a la dirección de José Luis Cuerda, y que rodará en Barcelona y sus alrededores.
Debut a ritmo de rock
Por otra parte y dentro de la sección Zabaltegi se exhibe Stoned, de Stephen Woolley, habitual productor del director Neil Jordan, quien debuta en la dirección con un filme en el que evoca los locos años de los rockeros de los sesenta cuando los excesos de sexo y drogas acabaron en tragedia.
En una entrevista con un grupo de periodistas, Woolley confesó que su ?paso de la producción a la dirección no fue algo forzado, sino natural?, aunque en esta ocasión había un ingrediente añadido, su pasión por los Rolling Stones.
Woolley abona la hipótesis de que Brian Jones -cofundador de los Rolling- no murió por una combinación de drogas y alcohol sino que fue asesinado por el constructor Frank Thorogood, que hacía reformas en su casa y a quien el músico no quería pagar su trabajo?.
Para Woolley, ?Jones es el símbolo del hedonismo, la rebeldía y la libertad frente a un Frank, arquetipo de una sociedad gris, conservadora y conformista, que vivía todavía bajo la sombra de los efectos de la Segunda Guerra Mundial?.
De su pasión generacional por la música de los sesenta y por grupos como Sex Pistols, The Clash y, sobre todo, los Stones, ha surgido este proyecto, que Woolley siempre tuvo muy claro cómo hacer: ?deseaba combinar realidad y fantasía?, una convicción que le alejó desde un principio de la posibilidad de realizar un documental.
La experiencia vivida con esta película llevó a Woolley a apuntar que ?ni los Stones eran tan chicos malos y contrarios al poder establecido, ni los Beatles eran los chicos buenos que se decía?.
Por último, el certamen cinematográfico de San Sebastián servirá hoy para presentar fuera de concurso la película Camarón, dirigida por Jaime Chavarri y protagonizada por Oscar Jaenada, en la que se recrea el mito del ?genio? de la música flamenca José Monge Cruz, Camarón de la Isla.
