Han comenzado formalmente las campañas hacia la gubernatura del Estado de Coahuila y tal y como lo perfilaban las encuestas serias, la posibilidad que el PRI pierda el poder parece remota. Aun con el dedote del gobernador Martínez y Martínez señalando a Moreira y con el menudo ridículo que provocó que hicieran los demás precandidatos, el profesor Humberto Moreira es sin lugar a dudas un buen candidato, un candidato con todo el respaldo del poder público y del poder de la maquinaria priista que está en sus mejores condiciones, lista y aceitada para hacer lo que siempre ha hecho. Por ello, se ve por demás difícil la lucha que efectúa el senador con licencia, Jorge Zermeño, en busca de relevar al propio Martínez.
Y es que por más que se le busque, todo aquel que esté apartado de la calentura de las campañas, difícilmente encuentra un resquicio donde se pueda colar una eventual posibilidad siquiera de que Acción Nacional se alce con el triunfo. Cuentan con el prestigio de un hombre que luego de su paso por al alcaldía de Torreón, demostró ser una persona decente, lo que el tiempo le dio el lugar que se ganó con su comportamiento. Es Jorge Zermeño, un candidato que inspira cierta confianza en el electorado de La Laguna de Coahuila y ahí está el detalle negativo: el prestigio personal sólo le alcanza para La Laguna, al resto del estado tiene que acudir a lo que su partido le proporciona y el PAN no tiene mucho que dar.
Vale la pena un breve análisis de las condiciones: Humberto Moreira fue un alcalde popular y exitoso en la capital, lo que representa un 30 por ciento del electorado que votará, con toda la aplanadora priista atrás, abrumadoramente por el profesor. En La Laguna, si bien es cierto que el padrón electoral alcanza alrededor del 37 por ciento, la posibilidad de que Zermeño quede en primer lugar es real, pero nunca el PRI ha perdido por más de diez puntos una elección de alcalde o gobernador. Y en esta ocasión, no se le puede otorgar una ventaja mayor de quince a Zermeño, contra un treinta que será superado en Saltillo la cosa se pone color de hormiga. Queda el resto de estado, donde el dominio del PRI se hará sentir de verdad y conducirá tranquilamente a Moreira al Palacio Rosa.
Se podrá decir a favor de los azules que los dolidos del PRI dificultarán la marcha del profe, pero la realidad es que en el tricolor la cultura de alinearse está bien asentada, quizá Alejandro Gutiérrez no, pero representa electoralmente demasiado poco, los demás, estuvieron sentaditos en la toma de protesta de su vencedor.
Así las cosas, no basta sino esperar la contienda del próximo 25 de septiembre y como previo, la publicación de encuestas serias que irán perfilando al ganador. Se aceptan apuestas.