Hoy no deja de asombrarnos los giros y tumbos que se suscitan en la conducción, en la marcha del país cuando un presidente que ostenta el título de ser la encarnación de la victoria democrática en México, termina tomando decisiones que lo menos que generan son desilusión y de ahí para arriba.
El mensaje del presidente Fox la noche del miércoles pasado donde anuncia el sacrificio del general Rafael Macedo de la Concha al frente de la Procuraduría General de la República, sacudió y envía señales desafortunadas, que ocasionan un tufo de tristeza, porque demuestra que le tiemblan las patitas a la hora de tomar decisiones de verdad y cuando emprende una acción y se complica: se raja (valga la expresión).
Recordemos el aeropuerto de la Ciudad de México, una vez que se tomó la determinación de construirlo en Texcoco, surgió un grupo de campesinos con unos machetes y bueno, el tibio de Creel pidió a su jefe recular.
Hoy el asunto es peor que eso. En una obsesión por impedir que “El Pejelagarto”, el señor brillante (nadie lo puede negar) que toma pozos petroleros, que en su pasado priista aprendió muy bien cómo se manejan a los acarreados, que la confrontación y el conflicto son sus principales virtudes; los ha hecho exhibir su falta de pericia y una ausencia de profundidad mental, de verdad preocupante.
Es natural que el señor jefe de Gobierno del Distrito Federal tenga tanto apoyo popular. Actúa como un ciudadano común, anda en un coche moderado, cautiva a todos con sus conferencias madrugadoras y lo más importante: regala dinero.
En la pobre cultura generalizada en nuestro México, el concepto de que Papá-Gobierno debe resolver los problemas de todos, es una aberración que ha convertido al país en lo que somos, un país tercermundista, con la mitad de nuestra población viviendo en la pobreza.
En la cosa pública lo peor es que no hay a quién irle. Si México vivió un régimen durante setenta años que terminó en actitudes irresponsables, en las que entregó a una nación al nuevo milenio con un sistema educativo desastroso y corrupto, donde el aprovechamiento académico y habilidades cognoscitivas de los individuos resultan una utopía, el señor Fox trajo la esperanza a una nación de jóvenes que requieren un mundo más parejo y equilibrado, en un ambiente donde la competencia por la supervivencia es mucho mayor.
El señor presidente ha enseñado su torpeza en el manejo de la política interior y ha consagrado a un señor que transgredió la Ley y que en la Cámara fue desaforado por una mayoría abrumadora.
Mucho más que eso, con la inteligencia manifiesta de “El Peje”, éste ha sabido capitalizar el desencanto de miles de mexicanos quienes hemos visto que a Fox le gustaron las mieles del poder, que muchos de los panistas resultaron igual que sus antecesores gobernantes y agregándole una falta de seriedad en la adopción de las conductas del primer mandatario, la tierra es más que fértil para cualquier abusado. Por ello el espacio de “El Peje”.
Lo increíble, es que a nadie le importara que el Gobierno del DF estuviera rodeado de grandes ladrones, aún cuando el tesorero y el líder de la bancada perredista en la Asamblea Legislativa estén ahora en la cárcel por corruptos. La inseguridad de la capital es desesperante, pero la falta de memoria es aterradora. No hablemos de la hipotecada perenne que le dio a la ciudad, eso nadie le importa.
En la serie de tonterías que la pareja presidencial (por ahí opinan dos) comete para impedir el triunfo de “El Peje”, la ecuación resulta casi siniestra: van a mantener a Creel porque como es el panista mejor ubicado en las encuestas, su apuesta es la retención de la Presidencia teniendo como posible candidato a un secretario de Gobernación que no ha tenido ni un solo éxito en la conducción de la política interior. Dios nos agarre confesados.
Hoy no queda mas que esperar. Ojalá el acierto en el manejo de las finanzas públicas continúe por buen camino para que los laguneros y el resto de República, podamos seguir obteniendo trabajo (con todos los peros que se puedan decir al respecto).
Ojalá y la Virgen de Guadalupe ilumine esta tierra para que el relevo presidencial sea por alguien capaz de devolverle la verticalidad que la sociedad reclama de su Ejecutivo.
