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No hagas cosas buenas.../Sueños del corazón polaco 2

Enrique Irazoqui Morales

Apenas la semana pasada hablábamos acerca del mundo del corazón, del corazón político. En orden de jerarquía se tocaba el tema acerca de los suspiros que el gobernador coahuilense, tiene por irse a vivir a la residencia de Los Pinos. Si bien es cierto que la cosa está en chino, en esta semana la postura del grupo de los gobernadores que tratan de frenar a la aplanadora de Roberto Madrazo, de que de ellos saldrá un candidato de unidad, es una velita más a las veladoras de Martínez, aún así, derrotar a Madrazo dentro del Tricolor está más que complicado.

Dejemos entonces el mundo de las ilusiones y concretémonos en el puesto que dejará de ocupar el alcalde de Torreón, Guillermo Anaya Llamas. En primer término habrá de señalarse que esta elección es de terminación de ciclo sexenal local. Por ello la cosa para los panistas es cuestión de que se repita su triunfo, se dificulta de especial manera. Hay que recordar que los dos anteriores triunfos albiazules, tanto del ahora senador Jorge Zermeño Infante y del propio Anaya se dieron a la mitad de los sexenios del hoy cadáver político Rogelio Montemayor Seguy y del actual mandatario estatal.

Así las cosas, el PAN si quiere preservar el poder en la alcaldía, tendría que romper esa jetatura adversa, que no es más que un dato que parece coincidente, pero partiendo de la base –seguro que será- que el PRI mantendrá con tranquilidad el poder del Estado: los votos, el dinero -sucio y limpio- la cochina y tradicional maquinaria priista estarán por añadidura al servicio del candidato a alcalde por el Tricolor.

Ahora bien, si bien es cierto que el PAN cuenta con circunstancias adversas tenemos dos factores que dependen sólo de ellos, -lo cual es una ventaja- que les permita poder retener la Presidencia Municipal. El primero de ellos será la calificación que la ciudadanía le dé a la administración del presidente Anaya y sobre todo: el factor Zermeño. Aunque Jorge Zermeño tuvo que entregar el poder a un partido distinto al suyo al término de su gestión, Zermeño con el tiempo ha recibido el premio a su ejercicio en el contexto social, hoy en Torreón es una realidad que el propio senador es el político mejor posicionado que cualquiera en la ciudad, aunque los estudios más recientes ubican a Anaya muy cercano a su compañero de partido.

Es entonces cuando los cruces de variables marcan sensiblemente los pronósticos para triunfar en octubre próximo en Torreón, si el PAN postula a Zermeño a gobernador el candidato panista tendrá ventajas, de ser García Villa el contendiente al Gobierno del Estado, las posibilidades de victoria serán más pequeñas.

Los calefactos del PAN son por un lado, Jesús de León Tello, hijo político de Zermeño y amigo de Anaya y por el lado de García Villa su gallo es el también diputado José Ángel Pérez. Aquí la cosa es entre dos pues.

En el PRI el abanico está más florido, Eduardo Olmos, que a base de dinero y relaciones de conveniencia ocupa un curul en la Cámara de Diputados, claro que ganó su elección. Le sigue la controversial diputada federal Laura Reyes Retana, que suspira por una revancha; sueña el ex alcalde Salomón Juan Marcos tapado y luchando y sobre todo grillado, el ex alcalde también Carlos Román Cepeda sueña con regresar a la silla que por un trienio caló.

Hay tres barajas en el PRI, pero no tengo información suficiente para siquiera especular. De lo que sí, es que la fuerza de Martínez le dará lo necesario para la selección de los candidatos tanto a sucederlo, como en acuerdo “a fuerzas” con su elegido, designar a la persona que pretende arrebatarle el poder que Anaya les ganó.

eirazoqui@elsiglodetorreón.com.mx

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