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Normatividad Agropecuaria | AGROPECUARIA

Agustín Cabral Martell

Las Normas Oficiales Mexicanas

La normalización es la actividad orientada a establecer un proceso mediante el cual se unifican criterios respecto a determinados temas y se posibilita la utilización de un lenguaje común en un campo de actividad determinado, se constituye además como una actividad relevante debido a su carácter científico técnico, económico y social.

El vínculo económico con los mercados internacionales obliga a elevar los niveles de seguridad de los productos y servicios, facilitando así, las actividades comerciales globales y el incremento del grado de competitividad en el mercado exterior.

El resultado de la normalización se plasma en un documento técnico, a través del cual productores, prestadores de servicios, consumidores, importadores, instituciones de educación superior e investigación científica, usuarios, colegios de profesionales, y personal técnico de las dependencias relacionado con la materia, establecen las características que debe reunir un producto o servicio.

La expresión del ejercicio de la normalización está constituida por la NORMA, la cual es definida por ISO (International Organization for Standarization) como: “Especificación técnica, accesible al público, establecida con la cooperación y el consenso o la aprobación general de todas las partes interesadas, basado en los resultados conjuntos de la ciencia, la tecnología y la experiencia, que tiene por objetivo el beneficio óptimo de la comunidad y que ha sido aprobado por un organismo calificado a nivel nacional, regional o internacional”.

El campo de actividad al que puede hacer referencia una norma es tan amplio, como la diversidad de productos y servicios que se encuentran en el mercado.

La redacción de una norma supone la participación, dentro del Comité Consultivo Nacional de Normalización correspondiente, de todos los implicados en la producción, uso y disfrute del objeto que se normaliza.

Debido al perfeccionamiento constante de la tecnología, las Normas Oficiales Mexicanas deben adecuar su contenido técnico a los cambios tecnológicos que se produzcan, por lo que deben ser analizadas y revisadas periódicamente.

Es importante mencionar, que el proceso de normalización no termina con la simple publicación de las normas, pues el proceso carecería de valor. Por tal motivo, es esencial que éstas sean implementadas y evaluadas.

En este sentido, las normas establecen un criterio objetivo que debe tener un producto o servicio, al definir la seguridad, durabilidad, fiabilidad, mantenimiento e intercambiabilidad de éstos. En consecuencia, al fijar las normas los niveles de seguridad se convierten en un medio eficaz para facilitar la transparencia en el mercado, incrementando al mismo tiempo, los niveles de competitividad de los productos y servicios.

Cabe señalar, que cuando las normas contienen especificaciones orientadas a proteger la seguridad de las personas, de los animales, de los vegetales, del medio ambiente general y laboral, adquieren el carácter de obligatorias en la legislación de muchos países.

Las normas oficiales mexicanas tienen como propósito la transparencia, armonización y homologación de especificaciones con base en los estándares elaborados por organismos internacionales como la FAO, la Organización Mundial de la Salud, el Codex Alimentarius y la Oficina Internacional de Epizootias. Estos estándares son aceptados como la legislación y normatividad más ampliamente reconocida a nivel internacional.

En el ámbito de la producción de alimentos y productos pecuarios, la normalización orientada a la preservación de la sanidad animal se ha convertido en un factor relevante, a efecto de regular el intercambio de dichos productos a nivel mundial.

Las Normas Oficiales Mexicanas tienen su fundamento legal en la Ley sobre Metrología y Normalización, así que si usted se detiene en la calle y observa un letrero de un producto que dice “ISO-9000”, ya sabe de qué se trata, puesto que los bienes y servicios deben ser de calidad y para ello se le califica y su valuación es continua a fin de no perder la excelencia en el servicio o bien que se vende.

Son objeto de valuación por este medio las instituciones de educación superior, las carreras universitarias, y en fin las instituciones cuyo objeto sea prestación de un servicio. Las personas físicas al incorporarse profesionalmente a un padrón de excelencia. Los productos que nosotros consumimos deben ser de calidad y no atentar en contra de nuestra salud, así que debemos tener cuidado de que en envases y en general envolturas de los productos alimenticios contengan la Norma Oficial Mexicana que fundamenta su calidad (NOM) o bien que provenga de una empresa de reconocido prestigio por medio de un “ISO”.

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