“Un consenso es cuando todos acuerdan decir colectivamente lo que nadie cree
en lo individual”.
Abba Eban
Esta ha sido una muy intensa temporada de huracanes. Hemos recibido las visitas de Emily, Katrina, Rita y Stan. En política también hemos sufrido intensas tormentas, las cuales han dejado a un buen número de damnificados.
Todos los pactos de unidad del PRI, por ejemplo, parecen haber caído por tierra a raíz del hostigamiento sistemático a Roberto Madrazo y de la información sobre los presuntos depósitos en efectivo a cuentas bancarias de los hijos de Arturo Montiel. Éste y Madrazo parecen estar más empeñados en abrirle la yugular al rival que en lograr consensos.
La tradicional civilidad interna del PAN ha caído también por tierra, al grado que la dirección nacional del partido amordazó ayer a los precandidatos al prohibirles ventilar sus quejas sobre los comicios internos. También canceló el segundo debate que se habría llevado a cabo antes de la tercera ronda de votación del 23 de octubre.
El único ganón en toda esta turbulencia ha sido el virtual candidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador. Mientras sus rivales en los demás partidos se destrozan entre sí, el tabasqueño hace una exitosa campaña a la vieja usanza, con gratificantes presentaciones masivas en ciudades y pueblos de todo el país. Los cuestionamientos que le hicieron hace unas semanas Cuauhtémoc Cárdenas y el subcomandante Marcos parecen haberse desvanecido del inconsciente colectivo de los perredistas. Poco a poco la izquierda nacional parece llegar al consenso de que Andrés Manuel es su candidato natural e inevitable.
López Obrador ha conjuntado a su alrededor un bizarro equipo de viejos luchadores de la izquierda y antiguos operadores del sistema priista. A su lado se encuentran por igual el ex regente de la Ciudad de México Manuel Camacho Solís, el antiguo periodista colosista Federico Arreola y el intelectual José Agustín Ortiz Pinchetti. De entre las tribus tradicionales del PRD, lo apoyan el grupo de Jesús Ortega y el de René Bejarano, a pesar del alejamiento que éste ha sufrido de las filas activas del partido. Pero también Amalia García, Leonel Cota Montaño, Ricardo Monreal y sus gentes se han sumado a su esfuerzo.
La única amenaza que ha tenido López Obrador al logro de una inusitada unanimidad en el PRD ha sido el cuestionamiento persistente de Cuauhtémoc Cárdenas. Pero López Obrador ha tenido mucho cuidado en no responder a los ataques ni del ingeniero ni del subcomandante Marcos. Su estrategia política es clara. Tiene que haber un villano claramente identificable y éste debe ser “El Innombrable”, Carlos Salinas de Gortari. Si Andrés Manuel responde a Cárdenas o al sub, estará destruyendo esta estrategia.
Ayer López Obrador dio a conocer su “consejo de notables”, un grupo de intelectuales que lo asesorará en campos diversos. Entre ellos se cuenta el ex ministro de la Suprema Corte Juventino Castro y Castro en materia judicial y el filósofo Luis Villoro en política social. Enrique González Pedrero, el ex gobernador de Tabasco, con quien López Obrador trabajó en un primer momento para distanciarse después de él, será el asesor en política interior. La escritora Elena Poniatowska se encargará de la política cultural, José María Pérez Gay de la exterior y Rogelio Ramírez de la O de la económica. Javier Quijano, el abogado que defendió a Andrés Manuel del desafuero y que ha litigado a favor de Javier Moreno Valle en las disputas del canal 40, coordinará este consejo.
Este no es un Gabinete en la sombra, como los que establecen los partidos de Oposición en los regímenes parlamentarios, pero subraya que como presidente López Obrador tendría una banca importante de personajes que podrían ayudarlo a gobernar, aun en campos, como el de la economía o el de la aplicación de la Ley, donde amplios sectores de la población le tienen miedo.
Ninguno de estos notables es perredista. Pero esto es algo que buscaba López Obrador. Él sabe que el voto perredista no es suficiente para llevarlo a la Presidencia. Para vencer necesita de cuando menos un 20 por ciento de votantes independientes. De ahí el esfuerzo de alcanzar a muchos electores que nunca han sufragado por el PRD.
Andrés Manuel está sumando y eso es inteligente. Mientras tanto, sus principales rivales políticos parecen empeñados en restar. Ésa y no otra, es la consecuencia de sus pleitos.
BLOQUEOS
Ayer un grupo de trabajadores del IMSS bloqueó casi todo el día la capitalina calzada de Tlalpan. La Policía del D.F., como es usual, sólo se dedicó a apoyar el bloqueo. En cambio a los motociclistas que sin bloquear se manifestaron el sábado por un trato más equitativo los han perseguido ferozmente. La aplicación de la Ley en la ciudad sigue siendo discrecional.
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