(Segunda parte)
La Semana Nacional de la Depresión se ha instituido en nuestro país desde hace algunos años, con el objetivo de proporcionar a la comunidad en general, una información más completa, adecuada y actualizada sobre estos padecimientos. Información que tiene que ver con los diferentes factores que pueden provocarlos, tanto desde el punto de vista genético, biológico y neurofisiológico, psicológico, social, ambiental y cultural dentro de las circunstancias muy personales de cada individuo y de cada familia. Asimismo, se piensa que es de suma importancia, el revisar la variedad de síntomas que conforman los trastornos mencionados la semana pasada, sea en forma de depresión mayor, distimia o trastorno bipolar. Naturalmente que se requiere además de la orientación adecuada sobre los métodos de diagnóstico necesarios para detectar tales padecimientos, a pesar de que pueden parecer tan obvios a simple vista. Dicha orientación deberá prolongarse también respecto a la valoración de los muy diversos instrumentos de tratamiento que existen en la actualidad para combatirlos. Finalmente, será básico el proporcionar información sobre los aspectos preventivos que deberían tomarse en cuenta para mantener nuestra salud mental.
El mundo y la época en que vivimos actualmente se presentan como un terreno fértil para la gestación y la propagación tanto de los trastornos depresivos como de los trastornos de ansiedad. Las dificultades económicas que nos bombardean, y que presionan crónicamente a las familias y a sus miembros, asociadas al bombardeo de los medios de comunicación con noticias enfocadas hacia los aspectos amarillistas, alarmantes, negativos y pesimistas de lo que sucede en el mundo y a nuestro alrededor. El crecimiento desmedido, sin planeación y cada vez mayor de la población, especialmente en ciertos núcleos urbanos, como sucede en tantas de las ciudades de la república, incluyendo la Comarca Lagunera. El desempleo y la intensa competencia laboral que se ha desarrollado en los diversos niveles y áreas de trabajo. La producción cada vez más frecuente y amplia que estimula a su vez, el cada día más popular y extendido uso y abuso de las diferentes drogas en existencia, sean legalizadas como el alcohol o el tabaco, o supuestamente ilegales como la mariguana, los inhalantes, la cocaína, la heroína, las anfetaminas sean naturales o artificiales, son algunos de los muchos factores que determinan y facilitan también ese ambiente acelerado, tenso, angustiante, abrumador e inseguro que se puede percibir en la mayoría de nuestras comunidades en el presente.
Para combatir este tipo de presiones y llevar a cabo una buena labor en cuanto a la prevención de nuestra salud mental, contamos con diversas medidas que podemos implementar tanto a nivel personal como familiar, lo mismo en niños, adolescentes o adultos. A continuación se mencionan algunas de ellas: la adecuada administración de los pocos o muchos ingresos económicos individuales o familiares, sin dejarse llevar por ese consumismo vano y sin sentido, de necesidades creadas y artificiales que en realidad no lo son y que a la larga provoca presiones económicas mayores a las que ya existen para el individuo o para la familia, sobre todo en aquéllos que tienden a gastar en exceso e impulsivamente lo que en ocasiones ni siquiera poseen. La adecuada administración de los horarios de trabajo, de sueño, de descanso, de socialización y de entretenimiento, en los que es tan importante incluir la relación y la comunicación dentro de la familia para promover un mayor acercamiento y confianza entre sus miembros, sobre todo de los padres entre sí y con sus hijos. La formación de redes sociales con grupos y amistades afines. La adecuada dosificación de las pasiones, especialmente en aquellas relaciones amorosas que a corto o largo plazo se convierten en relaciones tórridas, novelescas y generalmente imposibles, sin futuro alguno, caracterizadas además por terminaciones dramáticas y dolorosas que podían haber sido prevenidas y evitadas. La dosificación del uso de los medios de comunicación de acuerdo a lo que razonablemente pueda enfrentar, soportar y sufrir cada persona. El apoyo, la tranquilidad, la espiritualidad y el refugio que pueden proporcionar los diferentes cultos religiosos presentes en la comarca en nuestros días a través de una variedad de templos e iglesias y sus congregaciones. El cuidado en el uso y el abuso de todas las drogas que tenemos a nuestra disposición tanto legales como ilegales, ya sea que se trate del tabaco, la cafeína, el alcohol, los refrescos de cola, la mariguana, la cocaína, la heroína, los medicamentos controlados que no son utilizados bajo el monitoreo y la orientación médica, así como todas las demás drogas naturales y artificiales que existen en el mercado. El indispensable y muy necesario uso del ejercicio físico y del deporte en forma rutinaria, organizada y disciplinada, de acuerdo a las posibilidades de cada uno. El uso más frecuente de los diversos tipos de actividades de entretenimiento que existen dentro de nuestra comunidad, que pueden ir desde un paseo por el Bosque, la Alameda o alguno de los nuevos parques y museos, hasta una noche con la Camerata, recorriendo además las diferentes opciones de aprendizaje que se pueden llevar a cabo a través de cursos tan variados como pueden ser los de música, literatura, danza, manualidades, artes plásticas, etc., disponibles para todas las edades y bolsillos. El cuidado y la disciplina con que se pueda llevar a cabo una dieta sana y balanceada con los ingredientes necesarios y el número de calorías indispensables, sin extenderse a ninguno de los extremos, ya sea el del exceso y la glotonería, pero tampoco aquél del hambre exagerada, tan de moda en el presente. Es necesario además tomar las debidas precauciones en cuanto al uso indiscriminado de servicios, métodos, pomadas, aparatos, medicamentos, cirugías y toda esa interminable parafernalia que se anuncia y se vende a los cuatro vientos, que atrae la avidez, la vanidad y el narcisismo del público y cuyo uso sin orientación o controles adecuados puede provocar daños importantes y en ocasiones irreversibles tanto físicos como emocionales. La protección de la salud física en general, al tomar los cuidados necesarios, en los que se debe incluir el evitar utilizar servicios no profesionales, así como aquellos medicamentos y sustancias desconocidas que les han sido recomendadas sin el aval o la receta médica, y que pueden conllevar una variedad de riesgos. (Continuará).