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Nuestra Salud Mental / PARÉNTESIS PARA ?LA SEMANA DE LA DEPRESIÓN?

Dr. Víctor Albores García

(Sexta parte)

La psicoterapia en cualquiera de las orientaciones o escuelas mencionadas, puede estar dirigida al paciente por sí mismo, en la modalidad de la llamada psicoterapia individual. Sin embargo, dependiendo del tipo de conflictos que presente, de las características de sus relaciones interpersonales, así como de sus circunstancias y el ambiente en que se mueva, la psicoterapia también puede ser dirigida a la pareja marital o a la familia en general, cuando así se requiera, en lo que conoce como psicoterapia marital o psicoterapia familiar. En esta forma, la ayuda dirigida a un adulto puede ser más completa al enfocarse a los problemas matrimoniales que se suscitan en la pareja, y que puede ser uno de los factores coadyuvantes en la presentación de su trastorno depresivo. En el caso de niños o de adolescentes que padecen este tipo de trastornos, la psicoterapia marital o la familiar serán de suma importancia para trabajar no sólo con los diferentes factores etiológicos dentro de la familia, sino también para buscar el apoyo necesario de los padres y los hermanos. Pero aún en un buen número de adultos que presentan trastornos depresivos severos, la ayuda, el apoyo y la orientación a la familia determinan el que también se llegue a utilizar la terapia familiar como método asociado. Estas tres modalidades de psicoterapia: la individual, la matrimonial o la familiar se pueden utilizar en forma conjunta y paralelamente como parte de un programa de tratamiento cuando así se requiera, puesto que son complementarios entre sí, y no están contraindicadas.

Sin duda alguna, una de las situaciones en que puede ser necesaria la combinación de tales modalidades de psicoterapia, es en el caso de los pacientes con trastorno depresivo serio que presentan además ideas o intentos suicidas. Sabemos que el suicidio es sin duda alguna uno de los mayores riesgos que enfrenta este tipo de pacientes, al igual que lo enfrentan los familiares y allegados cuando se dan cuenta de sus intenciones. Asimismo, se trata definitivamente de una situación de emergencia para los psiquiatras, los psicólogos, los médicos o cualquier tipo de terapeuta o profesionista que atienda a pacientes semejantes. Los deseos de morir, las ideas o los pensamientos suicidas en un paciente de esta naturaleza, pueden convertirse naturalmente en intentos suicidas, que terminen o no con su vida, por lo que se trata de síntomas que requieren de acciones inmediatas. Es precisamente en estos casos, cuando está indicada la hospitalización del sujeto, es decir, el internarlo en un ambiente protegido, médicamente controlado y seguro, en el que podrá ser atendido y vigilado 24 horas al día para evitar que se haga daño. Generalmente, la mayoría de los pacientes con trastornos depresivos pueden ser tratados en la consulta externa, mientras se siga un monitoreo frecuente y constante a través de visitas durante su programa de diagnóstico y de tratamiento. Sin embargo, el enfoque será radicalmente diferente en aquellos individuos que presentan ideas suicidas en forma intensa y persistente, quienes amenazan con efectuarlo o los que ya han llevado a cabo uno o más intentos de suicidio con anterioridad.

Desgraciadamente no contamos en nuestra comarca con una gran variedad de opciones para poder internar a este tipo de pacientes, puesto que casi no hay servicios psiquiátricos de urgencia en los que puedan ser atendidos e internados. Por lo mismo, en la mayoría de casos se usan los limitados servicios disponibles, se interna al paciente en hospitales o sanatorios privados, o se atiende a canalizarlos hacia alguna de las ciudades más cercanas tipo Durango, Saltillo o Monterrey, u otras a mayor distancia, en las que si se cuenta con dichos servicios, sean de tipo privado o del sector público. Sin embargo, el traslado de un paciente en tales condiciones, representa para la mayoría de las familias, una experiencia complicada que rompe con su rutina y que de ninguna manera es fácil, puesto que significa una serie de gastos, sacrificios y conflictos de diferentes tipos, que no siempre están preparados para enfrentar. No obstante, para todo aquel paciente a riesgo de atentar contra su vida, y que viva en un ambiente en el que no se le puedan prestar directamente los cuidados necesarios, el internamiento en un sitio adecuado es el método más seguro para protegerlo, ayudarlo y controlarlo, ya que en estos sitios será más fácil llevar a cabo un programa de tratamiento adecuado a base de los fármacos y los estilos de psicoterapia necesarios, así como de los demás cuidados y actividades que también son necesarios e importantes. Dependiendo de su evolución, el paciente puede ser dado de alta posteriormente, para seguir su programa de tratamiento en la consulta externa con los profesionales adecuados y con el apoyo de su familia. (Continuará).

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