Ante el temor causado por la aparición de la gripe aviar, los científicos en el mundo piden calma. Las autoridades informan que para evitar el contagio, los viajeros no deben acudir a los mercados de los países afectados, y señalan que es improbable contagiarse a través de la comida, pues el calor destruye el virus.
El origen del miedo se debe a que el mal ha provocado la muerte de al menos 44 personas en Vietnam, seis en Indonesia y cuatro en Camboya. La Unión Europea adoptó nuevas medidas para combatir el virus de la influenza de pollo, al prohibir la colección de aves en mercados y exhibiciones que carezcan de los permisos requeridos.
Por este motivo previniendo la epidemia la Secretaría de Salud presentó ya los detalles del Plan de Respuesta de México ante una eventual pandemia de la influenza, para el que se tienen programados 600 millones de pesos.
Según el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias basta con que un ave migratoria portadora del virus entre al país para que puedan presentarse casos de influenza aviar en territorio nacional.
El riesgo se presenta cuando México sufre los azotes del huracán Wilma, y aún no se recupera del paso de Stan. La capacidad de respuesta del Gobierno Federal y de todas las autoridades está a prueba ante peligros reales.
Todo esto cuando la ambiciosa carrera por la Presidencia de la República ocupa la mente y el tiempo de los políticos que ni ante la tragedia y el peligro se distraen de su obsesiva intención. Incluso, hay los que no dudan en utilizar los hechos para llevar agua a su molino.
Lo que este país necesita ahora es la solidaridad y el esfuerzo para enfrentar los peligros reales y no la misma grilla y golpes bajos de siempre entre los políticos.