Como si el país no tuviera suficiente con el desaseo político y los problemas económicos, ahora hay que agregar el fantasma de la violencia subversiva: dos bombas de fabricación casera estallaron en sucursales de Bancomer, en el Estado de México y en ambos casos, las explosiones son atribuidas a un grupo que se hace llamar “México Unido contra la Pobreza” o “Comando Revolucionario del Trabajo México Bárbaro”.
A través de Internet el “Comando Revolucionario” emitió un comunicado en el que se atribuye la autoría del estallido de artefactos explosivos y se pronuncia contra el neoliberalismo, en memoria de Ricardo Flores Magón; cuestionan el papel del presidente Vicente Fox, adoptando la frase del presidente venezolano Hugo Chávez, calificándolo como “cachorro del Imperio” y anuncian que las acciones del grupo intentan “respaldar y fortalecer la lucha que nuestros hermanos obreros y campesinos impulsan y desarrollan frente al capital”. En el extenso comunicado critican también el “Proyecto Abascal” al considerar que buscan anular los derechos laborales y sindicales de los mexicanos con reformas al Artículo 123 constitucional y aprovechan el espacio para atacar también a los priistas Arturo Montiel y Roberto Madrazo.
En la forma, baste señalar que la Procuraduría General de la República (PGR) informó que personal de la AFI auxilia a peritos y a agentes judiciales del Estado de México para esclarecer los hechos ocurridos la madrugada de ayer viernes, aunque aún no se determina si el caso será turnado a las autoridades federales o si la investigación se integrará en el estado.
En el fondo, queda lamentar que justo en momentos de alta incertidumbre, básicamente por el entorno económico hostil y el bajísimo nivel de la contienda política, hasta el momento caracterizada por los golpes bajos, zancadillas y guerras sucias, aun entre correligionarios del mismo partido. Los mexicanos simplemente no merecemos que independientemente de lo pertinente, acertado e incluso justo, de las demandas de determinados grupos, éstos emprendan acciones violentas para publicitar sus proclamas.
Por el bien de todos, habría que apostar que los bombazos en sucursales bancarias en el Estado de México sean hechos aislados o bien, expresiones de la delincuencia común, más que de un grupo organizado que haya decidido tomar la vía de las armas para manifestar su inconformidad con el actual orden de las cosas.