Cuando se enfrentan dos grupos o posiciones antagónicas, en la gran mayoría de los casos termina por imponerse una de ellas, sobre la que finalmente resulta perdedora. En el caso del Gobierno Federal no es así... y nunca ha sido. La gran diferencia es que antes (en esos setenta años del PRI) cuando el Gobierno perdía, arrebataba y ahora, cuando el Gobierno pierde, pues se resigna e intenta componer el escenario a base de floridos comentarios e interpretaciones: el vocero presidencial, Rubén Aguilar, celebró que se haya dado una muestra de madurez y de voluntad política para lograr un acuerdo con los líderes cañeros por el cual se publicará la Ley de Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar, la misma que vetó el presidente Fox por considerarla simple y llanamente un paso hacia atrás.
Y Javier Usabiaga, secretario de Agricultura, también se subió de inmediato al tren de la simulación: “Se ha logrado un acuerdo político inédito en el país. Quiero reconocer el trabajo de los legisladores y agradecer la buena voluntad de todos. La gente del campo es una prioridad para el presidente Vicente Fox”. En suma, se trata de festejar la derrota, ya que en tan sólo cuatro días de presión, de desquiciar el Distrito Federal y de “raspar” los machetes en el pavimento, los productores cañeros lograron un compromiso para que se publique la Ley que garantiza los precios de referencia y que las organizaciones cañeras no sean tocadas ni con el pétalo de una rosa.
Es cuestión de estilos y de respetar el compromiso democrático de nunca arrebatar. Sin embargo, cuando se pierde por sistema se alimenta la percepción de falta de solidez, de capacidad negociadora y por lo tanto, el atributo de “autoridad que vela por los intereses de la nación”, queda brillando por su ausencia. Los machetes de San Salvador Atenco marcaron el camino y los cañeros lo siguieron con un resultado idéntico: se impusieron sobre el Gobierno Federal.
Los cañeros retiraron el plantón que mantenían frente a las instalaciones de la Secretaría de Agricultura y uno de sus líderes, Carlos Blackaller Ayala, diputado federal y líder de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales (CNPR), aseguró que no triunfó la presión sino la razón. Lo único que se puede agregar es que en este caso la razón es de ésas con las que la administración foxista no puede, la de los machetes.