A estas alturas, resulta muy difícil imaginar que el municipio de Lerdo pueda entablar una lucha en términos de competitividad para atraer capital industrial con sus similares de Torreón y Gómez Palacio, debido a la gran ventaja que estos dos le llevan desde hace muchas décadas.
Aunque es evidente que para la mayoría de los gobiernos y grupos sociales, las inversiones en el sector secundario son las únicas que “valen” en cuanto a generación de empleos e infraestructura se refiere, debe considerarse que no son las únicas que se pueden fomentar.
A decir de integrantes de organismos patronales, como el Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada (CLIP) y el Centro Coordinador Empresarial (CCE), y de académicos de la región, el municipio que alberga a la llamada Ciudad Jardín tiene posibilidades de desarrollo, pero es necesario que sociedad y autoridades realicen un análisis profundo sobre las ventajas que tiene y, en base a ellas, encontrar una vocación económica que le brinde las bases para el mejoramiento del nivel de vida de su población.
Desde hace ya varios años, se dice que Lerdo es una ciudad dormitorio, ya que, debido a la falta de oportunidades, la mayoría de los habitantes en edad de trabajar debe emplearse durante el día en empresas de Gómez Palacio y Torreón, para luego regresar a su municipio de origen sólo a descansar.
Catedráticos y empresarios advierten que esta situación prevalecerá hasta que los gobiernos Municipal y Estatal no amplíen su visión y observen en Lerdo una ciudad con sus riquezas particulares y potencialmente explotables en una Comarca Lagunera que presenta rasgos comunes, pero también marcadas diferencias.
En aras de la pretendida integración regional de los municipios “hermanos”, las actividades económicas y el desarrollo, hoy más que nunca, exigen complementariedad y proyectos de largo alcance en donde todos los sectores estén comprometidos.