Como efecto de la vida moderna, la Navidad ha perdido para la mayoría de la población su verdadero significado. Esta fecha que dentro de la religión católica celebra el nacimiento de Jesucristo y por ende promueve la reflexión, se ha convertido en un “pretexto” para ingerir grandes cantidades de alcohol, pero sobre todo para dejarse llevar por la marea del consumismo.
Son muchos los que ligan directamente el tamaño del regalo con la cantidad de afecto, ante esta situación no dudan en gastar su aguinaldo sin prevenir la llegada de la famosa cuesta de enero. Así pues, el fenómeno permite ver los grandes centros comerciales llenos de personas que no vacilan en realizar las tradicionales compras de pánico.
En contraste se encuentra la realidad de las colonias pobres, aquéllas donde la Nochebuena es igual a las del resto del año y es que el dinero no alcanza ni siquiera para preparar una cena. En esos sectores la imagen de Santa Claus es tan sólo una portada de revista, ya que a aun sobre la ilusión los niños saben que no habrá regalos a pesar de haberse portado bien todo el año.
Paralelamente a esta realidad se encuentran los suicidios y es que para muchos la temporada navideña no es sinónimo de alegría. Las fiestas decembrinas traen consigo una enorme carga de nostalgia y de tristeza, capaz de hacer que una persona padezca sentimientos de desesperanza y, víctima de la depresión, busque terminar con su vida.
Según las cifras del INEGI en México durante 2004, más de tres mil 300 personas optaron por quitarse la vida. En este contexto Coahuila ocupa el nada honroso segundo lugar como el estado donde se registran más suicidios, sólo abajo del Distrito Federal.
Problemas amorosos, soledad y desempleo, son algunas de las causas que orillan a las personas a tomar tan fatídica decisión. El mundo globalizado nos enfrenta a un mundo de luces y sombras, de pobreza extrema y riqueza insultante. La Navidad es una fecha de contrastes donde como sociedad estamos obligados a reflexionar sobre nuestro entorno, para sí ser capaces de transformarlo.