Además de gobernador y alcaldes, los coahuilenses elegirán este 25 de septiembre diputados locales. En La Laguna son siete los distritos en juego.
Pocos son ciudadanos que conocen a los candidatos, pocas son las personas que pueden mencionar el nombre de tres diputados en funciones. Y es que por desgracia el trabajo legislativo pasa sin pena ni gloria, tanto a nivel federal como estatal. Los políticos se han encargado de descalificar su actividad, con ausentismo en el Congreso y pocas iniciativas de Ley.
El Siglo de Torreón publicó ayer los perfiles de aquellos que aspiran a ser diputados. El trabajo no fue fácil, por dos obstáculos principalmente. El primero es que ni los mismos partidos que los postulan conocen el historial de sus candidatos, el segundo y tal vez más grave, fue el poco interés de algunos aspirantes de atender la convocatoria de este medio de comunicación y simplemente optaron por no informar sobre su trayectoria.
En la actualidad el sueldo que recibe un diputado local es por demás generoso, sobre todo cuando su “trabajo” pasa desapercibido para los ciudadanos. Es ya tradicional la historia de que sólo en los días de campaña los diputados visitan su distrito, para una vez obtenido el triunfo nunca volver.
El salario mensual de un legislador local es de aproximadamente 56 mil pesos. A esta cantidad hay que sumarle 25 mil pesos de apoyo parlamentario, más 20 mil pesos para realizar trabajo de gestoría. A estos casi cien mil pesos también se debe sumar un pago de mil pesos por cada sesión que asiste.
Si el diputado no es originario de Saltillo, recibe un apoyo extra de cuatro mil pesos para rentar una casa o bien, pagar el hotel. Además de mil pesos de viáticos para gasolina y casetas, todo esto sin contar un bono semestral. Así pues ser diputado es un buen negocio. Es de presumir que el próximo año los ingresos serán mayores.
Ante este derroche de recursos, llama la atención que las propuestas de algunos partidos sean poco serias, al postular personas con nula experiencia en el trabajo legislativo e incluso en la política. Así entre las opciones están amas de casa, estudiantes de Derecho y comerciantes.
En una época donde la credibilidad en los políticos es baja, los partidos no hacen nada por revertir la tendencia. Por el contrario, sólo reafirman con su propuesta que lo único que importa es cobrar en la sagrada nómina, el ser representantes del pueblo es tan sólo demagogia.