Pese a la suma de reparaciones a la que ha sido sometido el Distribuidor Vial Revolución, el puente simplemente no queda bien. Los monitoreos al eje 80 (Torreón-Periférico) demuestran que la superestructura está perdiendo peralte, está sufriendo nuevas deformaciones en los elementos estructurales, por lo que va disminuyendo el factor de seguridad, “pero no para los automovilistas, sino para el puente mismo”.
El director de Obras Públicas, Gerardo Berlanga Gotés, pone las cosas en perspectiva: “Estamos preocupados por la situación del puente, ya que se ignora lo que pasa, pues se supone que con el aumento en los peraltes que se hizo mediante el rellenado de los viaductos, estarían corregidos todos los problemas y al parecer no fue así”. Dice que el Municipio no se ha lavado las manos en el asunto, pero aclara que antes que este puente sea recibido por la autoridad local, se pedirá que haga lo propio la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), pues es la que dicta las normas técnicas y constructivas para todos los puentes y carreteras que se construyen en el país y el DVR está aún en rúa federal. Los que saben leer entre líneas entenderán la gravedad del asunto.
Vaya, hasta el alcalde manifiesta que hay preocupación por la situación del DVR y las condiciones generales de la obra “que hacen urgente la información de los especialistas de la UNAM; consultaré a las áreas técnicas para corroborar todo lo que digan en Tercería los especialistas de la máxima casa de estudios, ya que no sabemos si hicieron estudio de campo y necesitamos saber si habrá recomendaciones al respecto”.
Pero no sólo las autoridades están preocupadas, también los representantes empresariales laguneros, ya que el presidente del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada, Antonio Juan Marcos Villarreal, como de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, (Canacintra) Robert Stefanic Mery y del Centro Empresarial de La Laguna, (Coparmex) Arturo Gallegos Salcido, coinciden en señalar que desconocen si realmente vinieron a Torreón y qué tipo de trabajo hicieron los especialistas del Instituto de Ingeniería de la UNAM, ya que desde que se constituyó la Comisión de Seguimiento, “no nos convocaron a ninguna reunión y por lo tanto no hubo información de los avances”.
En suma, los ciudadanos de la región tienen el derecho de conocer a ciencia cierta, más allá de especulaciones o versiones subjetivas qué es lo que sucede con el DVR y las autoridades, especialmente del Gobierno del Estado, la obligación de despejar todas las dudas, para tranquilidad de la población y para delimitar futuras y eventuales responsabilidades.
