La carrera por la Presidencia de la República va tomando forma. Los caballos ya están ensillados y sobre la mayoría, los jinetes ya están montados. Felipe Calderón Hinojosa trepó ayer a su potro.
En la tercera etapa de la elección interna del Partido Acción Nacional (PAN), de acuerdo con los resultados de la Comisión de Elecciones, con el 96.70 por ciento de los centros computados, el ex secretario de Energía obtuvo una votación de 61 mil 465, que corresponde al 58.03 por ciento; mientras que Santiago Creel Miranda alcanzó 25 mil 493 votos, es decir, el 24.07 por ciento del total. Muy atrás quedó Alberto Cárdenas Jiménez con apenas 18 mil 958 sufragios, lo que se traduce en un 17.90 por ciento.
Así, Calderón Hinojosa consigue por un amplio margen la candidatura con una votación total, sumadas las tres etapas, de 158 mil 627, el 51.56 por ciento. Le sigue el ex secretario de Gobernación, con 98 mil 217, el 31.92 por ciento. Por su parte, el ex titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), obtuvo 50 mil 817 votos, el 16.52 por ciento.
Los carriles poco a poco se van ocupando. En la salida perredista, desde hace tiempo está Andrés Manuel López Obrador. En la priista, Roberto Madrazo Pintado parece que ha superado todos los escollos al interior del tricolor y está con un pie en el estribo. Aparece ahora Felipe Calderón. En la tribuna se hacen las apuestas. La competencia se visualiza, como nunca, cerrada.
Las elecciones del próximo año se antojan desde hoy históricas, ya que nunca habían llegado a la contienda tres políticos con posibilidades reales. Durante la mayor parte del siglo XX, siempre fue uno el aspirante con oportunidad. Hasta hace unos cuantos años, comenzó a dibujarse una alternativa al candidato del partido de Estado con real poder de convocatoria.
Ante este escenario inédito, la incipiente democracia mexicana está a prueba frente a un gran reto, hay que ver si está preparada para encararlo.
