Vaya que todos aquellos que pensaban que Jesús de León arrasaría en la contienda interna del Partido Acción Nacional para elegir al candidato a la Presidencia Municipal, gracias al manifiesto respaldo del candidato a la gubernatura y su mentor, Jorge Zermeño, se llevaron ayer una tremenda sorpresa. No supieron o no quisieron leer con cuidado -y a la luz de los antecedentes- el comportamiento que tendría la mayoría de ese grupo de 855 delegados con derecho a voto, los panistas de cepa, con militancia y cumplidores a la hora de pagar sus cuotas que evidentemente, mantienen su simpatía y respeto por José Antonio García Villa.
Para el anecdotario político de la Comarca, quedará ese apabullante resultado que favoreció a José Ángel Pérez; 473 votos a su favor, contra 378 de Jesús de León, el joven que pertenece al “grupo triunfador” que encabezan Zermeño y Guillermo Anaya, que prueba hoy la hiel de la derrota. Sin embargo, una historia que se agota en ponderar quienes son ganadores y quienes perdedores es propia de la ficción hollywoodense e impropia en un partido que pretende lograr la hazaña de sacar al PRI del Palacio Rosa, y -paquete completo- mantener las riendas de la administración municipal en Torreón.
La madurez política, la civilidad y altura de miras obliga hoy a todos los panistas a cerrar filas en torno a quienes son hoy sus candidatos, Jorge Zermeño y José Ángel Pérez; olvidar los agravios que pudieron presentarse al calor de la lucha por las posiciones y entender que la tarea que tienen enfrente no es nada fácil. Las encuestas lo advierten con claridad: el partido mejor posicionado en todo Coahuila y el que acapara la intención de voto es el PRI y ante eso deben luchar.
Por lo pronto, el que los panistas dividieran porras entre Jorge Zermeño y José Ángel Pérez; que el primero alzara el brazo del segundo y asegurara que el blanquiazul ganará Torreón, es al menos en la forma, un mensaje de unidad que por su bien, tanto del candidato a la gubernatura, como del que aspira a la Presidencia de Torreón, deben convertir en un asunto de fondo.