Dice el viejo refrán popular que tanto va el cántaro al agua, que termina por romperse. Lo que hoy sucede en Matamoros preocupa a la sociedad lagunera y debería ocupar a las autoridades, ya que los problemas políticos, económicos y sociales terminaron por amalgamarse para constituir una gigantesca olla express que requiere por necesidad una válvula de escape, que no puede ser otra que el imperio de la Ley.
Basta sumar narcomenudeo y falta de oportunidades laborales, aderezar con la venta indiscriminada de bebidas alcohólicas y la creciente tensión política post electoral, para conformar un guiso amargo que amenaza, en cualquier momento, con desbordar el plato.
La voz del presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Matamoros, Fernando Méndez Zapata, debe ser escuchada: “no hay estabilidad porque todo lo que ha pasado, es resultado de la venta inmoderada de alcohol, drogas, la falta de empleo, lo que repercute en las familias” y sobre el ambiente político, precisa que “el mayor temor está en que se pueda registrar algún enfrentamiento entre las personas que están protestando por las elecciones, al menos la autoridad no ha hecho algún acto de represión. Yo creo que es allí donde se pueden generar actos violentos”.
Y algunos regidores entienden que se vive un momento muy delicado y por ello también alzan la voz. Por ejemplo, la priista Martha Neri Acosta, califica de angustiante el panorama y que Matamoros no se merece lo que está pasando. El panista Carlos Alberto Martínez Rivera, agrega que “no hay empleos, hay mucha gente desempleada, gente que no tiene qué comer, que no tiene qué vestir; puede crearse una ola de inseguridad”.
Y los regidores de Unidad Democrática de Coahuila, Blanca Estela Reveles de la Cerda y Octaviano Salcedo Ramírez, advierten sobre el clima post electoral que “hay descontento tanto de un lado como del otro, y nadie pone atención”.
A todo lo anterior hay que agregar la aguda escasez de agua. Los matamorenses, los laguneros todos, se preocupan y sólo falta que las autoridades correspondientes se ocupen, antes de que resulte tarde.