Entre los objetivos de las Cámaras Empresariales está el de ser representantes de un importante segmento de la sociedad civil. Así sus integrantes cuestionan las decisiones de los gobernantes, exigen mayores condiciones de desarrollo, seguridad y el buen uso de los recursos.
En la mayor parte del país esta función es realizada por la Iniciativa Privada. Por este motivo llama la atención y al mismo tiempo preocupa, que en Torreón los representantes de estos organismos avalen el dictamen realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México sobre el Distribuidor Vial Revolución, para posteriormente declarar que desconocen la información que el Gobierno del Estado entregó a la UNAM. Tampoco saben si se realizaron evaluaciones físicas al puente y tienen una idea vaga de lo que son los neoprenos. Aun así, avalan la obra.
Es cierto, ellos no son ingenieros. Pero al aceptar un cargo de representación social los empresarios están obligados a empaparse de los diferentes temas. En el caso del DVR, se creó una comisión de seguimiento que periódicamente se reuniría para conocer los avances de la Tercería. Hoy aceptan que nunca sostuvieron alguna junta, hasta el pasado viernes 25 de febrero para conocer el dictamen de la UNAM.
Hoy, tras los señalamientos hechos por Gerardo Berlanga Gotés, director de Obras Públicas del Municipio y Eduardo Jiménez Saracho, titular de Desarrollo Urbano, sobre las inconsistencias del dictamen, los empresarios lanzan sus críticas a los funcionarios. Se quejan de por qué hasta ahora hablan, por qué ocultaron información.
Por desgracia nada más lejos de la verdad. Frente a los empresarios el director de Obras Públicas del Municipio, cuestionó a los representantes de la UNAM, ante ellos las preguntas quedaron sin respuesta porque las personas que realizaron la Tercería aceptaron públicamente que carecían de información. Aun así avalaron la obra.
Más allá de las críticas, el tema del DVR es una oportunidad para que la sociedad de Torreón crezca en su conjunto. En su capacidad de cuestionar, demandar obras de calidad y particularmente las Cámaras Empresariales, en su responsabilidad de ser representantes sociales.
