Sólo hay que sumar dos más dos: el titular de la Dirección de Salud y Asistencia Social Municipal de Torreón, Sultane Giacomán Mah, dice que se ha elevado el consumo de estupefacientes en la región; la directora de Centros de Integración Juvenil (CIJ) en la Región Lagunera, Beatriz Montemayor González, sostiene que el comportamiento que muestra el consumo de la droga sintética conocida como “cristal”, es similar al que tuvo en sus inicios la cocaína, cuyo uso constituye en la actualidad un serio problema en la región.
Francisco Javier Gutiérrez Pesquera, titular de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), advierte: “lo que yo puedo decir es que cada día son más las personas detenidas en posesión de cocaína o marihuana, lo que nos llama mucho la atención; el amigo, el vecino, el compadre, en fin, todos señalan que el número de adictos sigue aumentando, por lo que aún sin contar con cifras oficiales, la vox pópuli lo está aseverando”. Y el delegado estatal de la Procuraduría General de la República (PGR) en Coahuila, explica que hace diez o 15 años, Torreón pasó de ser una ciudad pequeña a otra en franco progreso y desarrollo que igual atrajo la atención de mucha gente para abrir el mercado de la droga, lo que ha ido creciendo con el paso del tiempo.
Efectivamente, basta sumar dos más dos para entender que el consumo de drogas en nuestra región se está convirtiendo, poco a poco pero de manera sostenida, en un grave problema social y de salud pública. El delegado de la PGR dice que a la lucha contra el “narcomenudeo” debe sumarse la sociedad en su conjunto denunciando a las personas y puntos donde se distribuyen los enervantes, para que la autoridad pueda proceder.
Entonces, tenemos encima un problema que amenaza a la sociedad en su conjunto y que por ello requiere una respuesta contundente y coordinada de absolutamente todos los ciudadanos. Sin embargo, quedan sueltas un par de preguntas de ¿qué autoridad específicamente está facultada para combatir los delitos contra la salud? y ¿es la ineficacia o la complicidad la que explica el nivel al que ha llegado el problema en la región? Cada quién tiene, seguro, una respuesta para ambas interrogantes.
